Un estudio ha descrito qué provoca en las fases tempranas de la enfermedad de Alzheimer (EA) la pérdida de dinamismo y posterior deterioro de las espinas dendríticas, es decir, qué papel desempeña el citoesqueleto de actina de estos compartimentos y cómo responde ante la presencia de péptidos de β-amiloide, el componente más comúnmente asociado con la EA.
Uno de los componentes del citoesqueleto son los filamentos de actina, que están anclados pero en continuo movimiento, como si fueran una escalera mecánica; una proteína (cofilina 1) se encarga de cortar los filamentos y separar las unidades de actina, lo que mantiene activa esa dinámica. Sin embargo, en el caso de que la cofilina 1 sea fosforilada, esta proteína pasa a un estado inactivo y deja de ejercer su función, lo que a su vez impide que se lleve a cabo correctamente la actividad neuronal.
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