La asociación de familiares de personas con alzhéimer de Chantada (AFA) necesita más espacio. Ya le hacía falta antes, porque el local que utiliza como sede es demasiado pequeño para la cantidad de gente que atienden, pero la crisis del coronavirus lo ha empeorado todo. También la situación de una parte importante de los usuarios, a los que el confinamiento de esta primavera les han hecho empeorar visiblemente.
«El confinamiento fue muy duro para las personas con alzhéimer, muchos empeoraron», asegura Javier Rojo, el presidente de AFA Chantada. Durante estos meses de encierro, la asociación tuvo que suspender todos sus talleres terapéuticos. Algunos de sus usuarios empeoraron y tuvieron que ser internados en centros asistenciales.La asociación trabaja en la actualidad en un local situado en la Rúa do Parque que tiene cerca de noventa metros cuadrados. Con ese espacio, antes del coronavirus atendían una media de quince usuarios al día, y tenían lista de espera. Con las restricciones a las actividades en grupo en locales cerrados, en estos momentos tienen que hacer turnos para poder atender a un máximo de doce al día. La lista de espera sigue creciendo.
Más información: La Voz de Galicia