Asumir el nuevo escenario que ha instaurado la emergencia sanitaria ligada al coronavirus está siendo un ejercicio verdaderamente complejo para la mayor parte de la sociedad, que ha tenido que acostumbrarse de manera urgente e inesperada a un confinamiento sin fecha límite.
Esta realidad tan confusa como inestable puede ser más llevadera, explican los profesionales, si se entienden las razones que han llevado a ella y se acepta el perjuicio como un mal pasajero, un consuelo al que a veces no pueden llegar quienes sufren enfermedades neurodegenerativas y trastornos mentales graves.
“Mi madre toda esta información que nos llega no la procesa. No comprende lo que oye, pero sí percibe el nerviosismo y que está pasando algo negativo. Ella solo entiende palabras como enfermedad, virus o muerte, y dentro de su cabeza todo esto está siendo como un cóctel molotov”, explica a RTVE.es María, cuya madre fue diagnosticada de alzheimer hace cinco años.
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