El consumo moderado de alcohol -uno o dos vasos diarios de vino tinto- tiene un efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, y aun en pequeñas cantidades, el alcohol resulta perjudicial para las neuronas, por lo que puede acelerar el desarrollo de algunas enfermedades neurodegenerativas. No parece así en el caso de la enfermedad de Alzheimer, dado que las nuevas evidencias alcanzadas en elEstudio Danés de Intervención en el Alzheimer (DAISY) muestran que tomar dos o tres unidades diarias de alcohol reduce el riesgo de muerte en los pacientes con alzhéimer leve.
Sea como fuere, debe tenerse en cuenta que, como explican los autores de este estudio publicado en la revista «BMJ Open», «si bien los resultados muestran una asociación potencialmente positiva del consumo moderado de alcohol sobre la mortalidad de los pacientes con alzhéimer, basándonos únicamente en este estudio no podemos ni aconsejar ni desaconsejar el consumo moderado de alcohol en esta población. Se necesitan más investigaciones en las que se evalúe el impacto del alcohol sobre el deterioro cognitivo y la progresión de la enfermedad en pacientes con alzhéimer leve».
Consumo, pero moderado
El propósito de este subestudio del DAISY era evaluar si la potencial reducción del riesgo cardiovascular asociada al consumo moderado de alcohol también se mantiene en los pacientes con alzhéimer leve