El consumo moderado de cerveza, por los ingredientes naturales con los que está elaborada, puede tener efectos beneficiosos para la salud de la mujer en diferentes etapas de su vida como el embarazo, la lactancia, la menopausia o la vejez, según una las conclusiones del libro 'Mujer, Ginecología y Cerveza', que se ha presentado este miércoles en en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares.
El libro, coordinado por el Doctor Tirso Pérez Medina, Profesor Titular de Ginecología y Obstetricia de la Universidad Autónoma de Madrid y jefe de sección de Ginecología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, ha sido editado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y es el primero de estas características que realiza una revisión sobre los efectos del consumo moderado de cerveza sobre la salud de la mujer en las diferentes etapas de su vida.
"La cerveza es una bebida natural y con bajo contenido en calorías, escaso contenido de alcohol y sin grasas ni azúcares. Por el contrario, posee una cantidad importante de hidratos de carbono, vitaminas y proteínas; por lo que su consumo moderado es beneficioso para la salud humana dentro de una dieta equilibrada", ha afirmado el doctor Pérez en la presentación.
En mujeres intentando quedar embarazadas así como en las ya gestantes, el ácido fólico es una vitamina esencial para el sistema nervioso y la regeneración de las células, que ayuda también a regular los niveles de homocisteína, factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, el ácido fólico disminuye el riesgo de malformaciones en la médula espinal y previene gran parte de los defectos del tubo neural en el nacimiento.
Por ello, la cerveza, en su versión sin alcohol, es adecuada para esta etapa de la mujer, ya que es una fuente importante de ácido fólico y, además, contiene una biodisponibilidad muy elevada.
Y para el periodo de lactancia, "la cerveza sin alcohol aporta antioxidantes naturales que participan en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en la reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo" ha destacado Pérez.
Por otro lado, según el estudio 'Efecto de la cerveza sin alcohol sobre la leche materna', la suplementación con cerveza sin alcohol reduce el estrés oxidativo al que está sometida la madre tras el parto, aumenta la actividad antioxidante en la leche materna y, por lo tanto, reduce el estrés oxidativo del niño tras el nacimiento.
Ya en la menopausia, la cerveza es también adecuada como fuente de polifenoles, y además porque aporta vitaminas, fibra o fitoestrógenos naturales, estos últimos beneficiosos en la prevención de patologías derivadas del descenso de estrógenos propio de la menopausia.
Los polifenoles de la cerveza pueden participar en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en la reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo.
Además, se ha comprobado científicamente que, tras un consumo moderado de cerveza, el colesterol denominado bueno (HDL) podría experimentar un aumento en sangre, lo que se asocia a un menor riesgo de cardiopatías isquémicas.
MEJORA DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Como recoge el libro, según un estudio realizado por el Instituto del Frío del CSIC, el consumo moderado de cerveza en adultos sanos produce un efecto beneficioso, al observarse una mejora en el sistema inmunológico, especialmente en las mujeres. Además, se observa un aumento de los leucocitos (glóbulos blancos) y linfocitos, unas células inmunológicas que ayudan a destruir microorganismos invasores, protegen al cuerpo de bacterias específicas, destruyen virus, responden a tejidos extraños como los trasplantes y además actúan como reguladores del sistema inmunológico.
La osteoporosis es el tipo más común de enfermedad ósea y se caracteriza por una escasa masa ósea y alteraciones microarquitectónicas que dan lugar a fragilidad ósea y al consiguiente incremento de facturas. Según investigaciones científicas, hay varios nutrientes que tienen gran importancia sobre la masa ósea, y algunos de ellos se pueden encontrar en la cerveza.
Así, esta bebida contiene flavonas que tienen un efecto estrogénico importante, inhiben la pérdida de masa ósea y estimulan la secreción de calcitonina que inhibe la resorción ósea y estimula su formación; diadzeina y genisteina, presentes en el lúpulo y en la cáscara de la cebada y que tienen un efecto protector sobre el hueso; silicio, elemento esencial en los procesos de calcificación que incrementa la densidad ósea y promueve la formación de colágeno; calcio y vitamina D, ambos componentes presentes en la cerveza; magnesio, que ayuda en el metabolismo y en la absorción de calcio y zinc, cobre y manganeso, que estimulan la formación ósea y el desarrollo normal del hueso.
Según estudios de la Universidad de Extremadura y del King's College de Londres, "la cerveza posee minerales como el silicio, magnesio, fósforo y potasio, por lo que su consumo moderado podría tener un efecto positivo sobre la osteoporosis", ha recordado Pérez en la presentación.
CERVEZA Y ALZHEIMER
Por otra parte, se ha demostrado que el consumo moderado de cerveza podría disminuir uno de los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer, ya que el silicio que contiene interacciona con el aluminio, mineral neurotóxico que se relaciona con la demencia y otros desórdenes neurodegenerativos.
Desde su fundación en 1998, el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, ha querido dar respuesta a la demanda informativa existente en el conjunto nacional en torno a esta bebida apoyando todas aquellas iniciativas relacionadas con su investigación y proporcionando a los profesionales sanitarios y la sociedad información objetiva y contrastada, bajo la supervisión de los profesionales de la medicina, la dietética y la nutrición que conforman el Comité Científico de esta entidad.
Fuente: europapress.es