Empezar a seguir un programa de ejercicio podría ayudar a proteger el cerebro de las personas de edad avanzada o incluso revertir su deterioro mental inicial, según un pequeño estudio.
Los investigadores asignaron a 34 personas inactivas de 61-88 años a un régimen de ejercicio que incluía andar con una intensidad moderada en una cinta caminadora cuatro veces a la semana durante 12 semanas. En promedio, la salud cardíaca y pulmonar mejoró en un 8% durante ese período.
Además, pruebas de neuroimagen mostraron un aumento del grosor de la corteza cerebral, que normalmente se encoge en la enfermedad de Alzheimer. Quienes experimentaron una mejoría más notoria en la condición física presentaron el mayor crecimiento de la corteza cerebral. Este engrosamiento de la corteza se produjo tanto en las personas con un buen estado de salud como en las que ya presentaban deterioro cognitivo leve.
Según los autores, aunque muchas personas creen que es demasiado tarde para intervenir con el ejercicio cuando aparecen síntomas de pérdida de memoria, los datos del estudio sugieren que el ejercicio podría tener un beneficio en las etapas iniciales del deterioro cognitivo.
Fuente: neurologia.com
