Recuerdos imborrables en blanquiazul. Una notable representación del Hércules visitó ayer a los residentes de la Asociación de Familiares y Amigos de Alzheimer de Alicante en un acto solidario. Compartieron un tiempo agradable con ellos y les llevaron una alegría con la que salir de la monotonía. La delegación herculana fue saludada con el tradicional grito de «Macho Hércules» y recibieron notables muestras de agradecimiento por parte de los usuarios de la residencia y los responsables de su cuidado.
El Hércules quiere, con su visita, mostrar el apoyo en estos momentos complicados y también reconocer la labor que lleva a cabo la Asociación en toda la provincia. Los representantes blanquiazules en la cita de ayer fueron el presidente, Carlos Parodi; el entrenador, Quique Hernández; los jugadores Noé Pamarot y Héctor Yuste y el responsable de Comunicación, Tomàs Moya. El club quiere animar a su masa social para que participe en el concierto solidario del grupo Albaladre que tendrá lugar el próximo 28 de febrero, a partir de las 20 horas, en el ADDA. La recaudación se destinará al mantenimiento del centro y la residencia. Las entradas se pueden adquirir en la propia tienda oficial del Hércules, situada en el estadio Rico Pérez.
El secretario de la Asociación, Diego Estévez, ejerció como anfitrión de los blanquiazules. «La visita demuestra la sensibilidad que tienen las personas que dirigen el club. Necesitamos contar con su apoyo en estos momentos, en los que la situación es tan delicada para todos. Tanto su presencia aquí como el concierto de la próxima semana son actos muy importantes para nosotros», señaló Estévez antes de mostrar las instalaciones de la residencia a los miembros del Hércules.
En el interior de uno de los salones les recibió un animoso grupo. No faltaron los autógrafos ni las fotografías con Pamarot y Héctor Yuste. El mediocentro cartagenero le recordó a varios de los usuarios a sus nietos. Los herculanos hicieron entrega de una camiseta firmada por todos los integrantes de la plantilla. Muchos de los ancianos no dudaron de posar con ella puesta.
Tras las fotografías en el interior, la visita concluyó en los jardines del centro. Allí, algunos de los residentes se animaron a intercambiar unos toques de balón con los jugadores. «Se mueven más que con los fisioterapeutas», bromeó uno de los cuidadores.
Fuente: diarioinformacion.com
