Los doctores Domínguez y Pena, especialistas de Neurología y Medicina Nuclear, impartieron una sesión general informativa sobre la aplicación de una técnica que “permite constatar en vivo algo que hasta ahora solo se podía certificar post mortem”
Alois Alzheimer identificó la enfermedad en 1906 pero las primeras investigaciones serias no llegaron hasta la década de los sesenta.
El uso de nuevos biomarcadores en los equipos de Tomografía por Emisión de Positrones (PET por sus siglas en inglés) para la detección temprana del Alzheimer ocupó la sesión general que los especialistas de Medicina Nuclear y Neurología Francisco José Pena y Javier Domínguez impartieron esta mañana en el Hospital General Universitario de Ciudad Real.
El doctor Pena explicó que los equipos de Tomografía Axial Computerizada y de Resonancia Nuclear Magnética disponibles en las unidades de Medicina Nuclear no llegan más que a confirmar el diagnostico clínico de atrofia cerebral que presentan los pacientes en fases avanzadas de demencia.
Un cerebro afectado por Alzheimer se identifica por la presencia de placas de amiloide y de ovillos neurofibrilares, unas características que hasta hace muy poco sólo se podían constatar con una autopsia.
La novedad es que desde hace un lustro se dispone de nuevos biomarcadores para unidades PET como la que el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha posee en el hospital de Ciudad Real que facultan a los especialistas para comprobar la existencia de esas placas de amiloide “antes de que el paciente manifieste un deterioro cognitivo: vemos en vivo algo que sólo veíamos post mortem”, expresó gráficamente Francisco José Pena.
Por su parte, Javier Domínguez apuntó que este avance en el diagnóstico abre grandes posibilidades pero recordó que aún estamos muy lejos de saber las causas y el tratamiento de una enfermedad que “lleva sólo cincuenta años de investigación seria en los más de veinte siglos de historia de la Medicina”.
En este sentido, señaló que el PET de amiloide no es para todas las personas susceptibles de padecer Alzheimer y tanto él como Francisco Javier Pena indicaron que es una prueba indicada para pacientes que presenten un deterioro cognitivo ligero cuya causa no está determinada, que manifiesten un Alzheimer atípico o que no responde al patrón clásico y para menores de sesenta años con síntomas de sufrir la enfermedad en un grado incipiente.
Además, hay que tener en cuenta que no se trata de una prueba definitiva porque en el cerebro de las personas sanas también aparecen placas de amiloide, por lo que Francisco José Pena la enfocó hacia el diagnóstico preventivo negativo, es decir, “si el PET de amiloide a un paciente de los tres grupos citados sale negativo hay un 95% de probabilidades de que no se trate de Alzheimer”, aclaró.
Fuente: lacomarcadepuertollano.com