La asociación de familiares y enfermos de Alzhéimer Acuérdate de mi, de Bigastro, está al borde de la asfixia financiera.
La deuda que arrastra la Generalitat con diversas entidades sin ánimo de lucro que prestan atención social como es el colectivo de esta localidad ha puesto en la picota su continuidad.
AFA Bigastro, la asociación que preside María Ángeles Mateo Grau denuncia que los trabajadores no han podido cobrar las nóminas desde el pasado mes de julio y alertan de que si no llega la subvención autonómica antes de que termine el mes de noviembre, no podrán hacer frente al pago de las cuotas de la Seguridad Social de sus empleados.
La situación, explican desde el colectivo, es insostenible, según explica Silvia Ortiz, una de las trabajadoras sociales que ejercen su labor en la asociación, que presta diversos servicios tanto a los enfermos como a las familiares de los afectados de Alzhéimer.
Ortiz indica que la administración, en concreto la Conselleria de Bienestar Social, no ha librado la subvención correspondiente a este año, pese a que está a punto de acabar el 2011 y así no se puede hacer frente a las tareas que presta. «Siempre han pagado tarde y mal, pero es que ahora no ha llegado ningún dinero, ni siquiera un adelanto con el que se pueda hacer frente a salarios», explica Ortiz, una de las afectadas por el impago del Consell.
La empleada de Acuérdate de mi explica que desde el año 2005 y 2006 la conselleria libraba su financiación un mes después de que la entidad, como otras similares, emitiese el visto bueno a la primera justificación de ayuda, un requisito necesario y previo para que les llegue la financiación, pero en esta ocasión se realizó ese trámite administrativo en agosto y nadie sabe en la entidad cuándo llegará el dinero.
La trabajadora social fija en casi 41.000 euros la cuantía de lo que debe percibir el colectivo desde las arcas valencianas, y que permita seguir manteniendo los diversos programas de atención a enfermos y sus familias.
La situación de impago no la circunscribe solo al retraso que lleva Bienestar Social, ya que también se les adeuda otra subvención con cargo a la Conselleria de Economía, que es fruto del programa, a través del plan Emorga, para hacer frente a la unidad de respiro familiar.
Este programa se implantó este año y se le adeudan otros seis mil euros, destaca la trabajadora de la asociación, que no sabe cómo se van a poder mantener con esa falta de dinero los servicios que se prestan, y que supone dar cobertura a 25 usuarios, cincuenta en el caso del programa de respiro.
En cuanto a la plantilla que sufre la crisis de fondos, Ortiz destaca que son dos auxiliares, un terapeuta, la trabajadora social, y los servicios que dan sicólogos, un fisioterapeuta y una administrativa, todos ellos en la misma situación de inseguridad laboral, por la falta de dinero.
Fuente: lasprovincias.es
