Los datos ilustran la magnitud del problema social que representa el alzhéimer. En el año 2000 murieron en Cantabria 64 personas afectadas por este mal. En 2009, la cifra era ya de 103 fallecidos en la región, pero este número es excepcionalmente bajo, ya que en el año precedente, en 2008, los fallecidos se elevaron a 135 y por ahí se sitúa la media de los últimos años.
Los de 2009 son los últimos datos oficiales disponibles. Corresponden al estudio elaborado por el INE (Instituto Nacional de Estadística). Según este informe, Cantabria es la sexta Comunidad con la tasa bruta de mortalidad por alzhéimer más elevada.
«Las previsiones que tenemos son de que la incidencia de la enfermedad se duplique en los próximos 20 años. Se prevé casi una epidemia y se convertirá, además, en un problema de salud pública, porque implica muchos gastos, no sólo en el diagnóstico y en el tratamiento, sino los que están asociados al cuidado de los enfermos», explica el neurólogo José Luis Vázquez, quien, junto con los doctores Onofre Combarros, Eloy Rodríguez e Ignacio Mateos y la psicóloga Ana Pozueta, forman el equipo que trata en el Hospital Valdecilla a este tipo de enfermos en Cantabria.
De los 103 fallecidos en la región en 2009, 30 eran varones y 73 mujeres. Es un mal que afecta les especialmente a ellas, en un 70%, sin que se pueda determinar cuál es la causa: «Quizás se declare más en las mujeres porque viven más años y es una enfermedad asociada a la edad. No sabemos nada más».
En efecto, en Cantabria, «es muy raro» que se diagnostique esta enfermedad en pacientes de menos de 65 años, «lo que sí afecta ya es a un 5% de la población y cada cinco años aproximadamente aumenta la prevalencia».
Según los datos facilitados por Mónica Pérez Pardo, vicepresidenta de AFA Cantabria (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer), los efectos devastadores de esta enfermedad van más allá, ya que está comprobado que por cada enfermo están implicadas dos personas en su cuidado. «Es una enfermedad de desgaste y muy dura, en la que la persona muere en vida». En la actualidad, se estima que son 7.500 pacientes los que están diagnosticados en Cantabria y 938 las personas fallecidas por este mal en el decenio 1999-2009.
Enfermedad devastadora
Se le reconoce como una de las patologías más devastadoras que existen. Después de años de investigación, los avances en el conocimiento de esta enfermedad neurodegenerativa han sido escasos. Sólo se sabe con certeza que conduce al enfermo hacia un final irreversible. No hay cura y tampoco es fácil un diagnóstico precoz. Los avances farmacológicos están estancados desde hace 10 o 15 años. Retrasar la aparición de los peores síntomas y mejorar la calidad de vida de los enfermos es la única posibilidad.
El avance imparable de la enfermedad, y en consecuencia del número de fallecimientos, aumenta conforme avanzan los años. El doctor Vázquez explica que «la tasa de mortalidad está infravalorada porque hay muchos pacientes sin diagnosticar a los que se les etiqueta como personas con demencias, sin especificar si se trata de alzhéimer. Además, en los partes médicos de defunción es raro que se especifique el alzhéimer como causa de muerte, sino otros problemas asociados a la enfermedad».
La tasa de incidencia y progresión del mal de Alzhéimer en Cantabria es similar a la que se produce en todo el país. «No hay ningún elemento determinante que haga especial nuestra región en cuanto al diagnóstico», explica el doctor Vázquez. En el año 1999, en España fallecieron 5.086 personas por esta enfermedad. En 2009, fueron 11.169 los fallecidos, de ellos, 103 cántabros.
Frente a estos datos se pueden oponer los de comunidades vecinas. El año pasado murieron en las tres provincias del País Vasco 637 personas, 330 en el Principado de Asturias y 81 en Burgos.
Las perspectivas para llegar a una detección precoz de la enfermedad no son muy halagüeñas. «Tenemos tratamientos que pueden introducir mejoría en los síntomas de la enfermedad, pero en su evolución los resultados son bastante modestos», concluye el doctor Vázquez.
Uno de los especialistas más importantes de Europa, un reputado neurólogo reconocido internacionalmente, el doctor José Antonio Obeso (Torrelavega, 1954), es especialista en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y en el mal de Alzhéimer. Trabaja en la Clínica Universitaria de Navarra. En una intervención en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en 2009, llegó a asegurar que «en el año 2040 se estima que 80 millones de personas en todo el mundo tendrán alzhéimer». En esta misma conferencia científica, dio especial importancia a la detección precoz de la enfermedad y auguró que «estamos cerca de que ese diagnóstico, en los estadios iniciales, conduzca a que esta patología no se desarrolle de una manera tan grave como en la actualidad».
En Cantabria, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer presta atención psicológica, sanitaria, social y jurídico-legal a los familiares de enfermos y asesoramiento integral a las familias de los afectados.
También se ocupa de sensibilizar a la opinión pública y a la sociedad en general sobre la problemática que origina este tipo de demencia. Para aliviar la carga emocional y física que esta enfermedad significa para la familia, funcionan los centros de día, recursos sociales que ofrecen durante el día una atención intensiva que permite alargar la estancia del enfermo en su entorno familiar, pero el número de plazas es claramente insuficiente. ya que crece a un ritmo inferior al de afectados, que pueden vivir muchos años pese a la enfermedad.
Fuente: eldiariomontanes.es