Somos lo que comemos, hasta el punto de que el patrón dietético de la dieta mediterránea mejora la memoria e incluso desempeña un papel determinante en la desaceleración del deterioro cognitivo.
Así lo confirma un estudio desarrollado por la Universidad de Edimburgo y publicado en la revista “Experimental Gerontology”.
Pero no se trata de la primera evidencia científica en este sentido, ya que en 2017 investigadores del “University College London” confirmaron que las personas con obesidad durante la etapa media de su vida tienen hasta tres veces más riesgo de sufrir demencia que los individuos con normopeso. “Se han realizado investigaciones muy solventes que demuestran menos posibilidades de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como demencia o párkinson, en quienes siguen un patrón dietético basado en la dieta mediterránea”, explica Gurutz Linazasoro, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Más información: La Razón