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El piloto automático del cerebro

La estructura del cerebro humano es compleja, con un gran número de conexiones. Pero, ¿qué papel juega la arquitectura en el funcionamiento del cerebro? Para responder a esta pregunta, investigadores del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín, en colaboración con colegas de la Universidad Libre de Berlín y el Hospital Universitario de Friburgo, analizaron por primera vez más de mil millones y medio (1.600.000000) de conexiones dentro del cerebro. Encontraron el mayor acuerdo entre la estructura y el flujo de información en la “red en modo automático”, o red por defecto del cerebro, que es responsable de de los pensamientos centrados en uno mismo, o de lo que denominamos “soñar despierto”.

Todos entramos en ese estado de fantasía con frecuencia: sentados en el escritorio del trabajo, con la mirada que se escapa por la ventana, pero sin fijarla en ningún lugar determinado y nuestro pensamientos vagado libremente. En lugar de seguir adelante con lo que se supone que debíamos estar haciendo, empezamos a planear mentalmente las próximas vacaciones o nos ensimismamos en un un recuerdo. Lo que ha sucedido es que el cerebro sencillamente a “cambiado de canal” y conectó el piloto automático.

Desde hace algún tiempo, los expertos se han interesado por la competencia entre las diferentes redes del cerebro, que son capaces de suprimir sus actividades entre sí. Si alguna de las aproximadamente 20 redes se encuentra activa, las otras permanecen más o menos en silencio. Así que si usted está pensando en sus próximas vacaciones, es casi imposible seguir el contenido de un texto a la vez.

Para saber cómo la estructura anatómica del cerebro influye en sus redes funcionales, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín, en colaboración con colegas de la Universidad Libre de Berlín y el Hospital Universitario de Friburgo, han analizado las conexiones entre un total de 40 000 pequeñas áreas del cerebro. Utilizando imágenes de resonancia magnética funcional, examinaron un total de 1,6 mil millones de posibles conexiones anatómicas entre estas diferentes regiones de 19 participantes con edades comprendidas entre 21 y 31 años. El equipo comparó estas conexiones con las señales cerebrales reales generados por las células nerviosas.

Sus resultados mostraron una mayor congruencia entre estructura y función en las áreas que forman parte de la “red en modo automático”, que se asocia a soñar despierto, imaginar o hacer planes de futuro y el pensamiento auto-referencial. “En comparación con otras redes, la red por defecto utiliza las conexiones anatómicas más directas. Pensamos que la actividad neuronal se dirige automáticamente a estabilizarse en esta red siempre que no existan influencias externas en el cerebro”, explica Andreas Horn, el autor principal del del estudio.

Haciendo honor a su nombre, la red por defecto del cerebro parece estar activa en ausencia de influencias externas. En otras palabras, la estructura anatómica del cerebro parece tener un ajuste de piloto automático incorporado. No debe, sin embargo, confundirse con un estado de inactividad. Por el contrario, soñar despierto, imaginar y pensar sobre nosotros mismos son tareas complejas para el cerebro.

El cerebro sólo se queda con el piloto automático hasta que un estímulo externo pone en funcionamiento otra red, acabando con la ensoñación. El zumbido de una mosca, un sonido en la distancia, por ejemplo.”

Los investigadores esperan que sus resultados contribuyan a una mejor comprensión del funcionamiento del cerebro no solo en las personas sanas, sino también de los trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia.

Fuente: abc.es

Con la colaboración de