Existe un lugar en el centro de Valladolid que parece sacado de las páginas de algún cuento infantil; un espacio en el que brota una magia capaz de hacer que, durante una hora a la semana, siete ancianos rejuvenezcan hasta su más tierna infancia rodeados de una veintena de pequeñas hadas y pequeños duendes. Sin pócimas secretas ni abracadrabras, el programa ‘Contigo, conmigo’, llevado a la práctica por la escuela infantil Hadas y Duendes y la residencia de ancianos Amavir El encinar del Rey, consigue que los dos extremos de la cuerda de la vida (la infancia y la vejez) estrechen lazos.
Dentro de los muros de este mundo mágico, los pequeños encuentran una lección de vida en sus mayores. A cambio, los preescolares se convierten en rescatadores de recuerdos, pequeños magos capaces de hacer que personas con Alzheimer incapaces de recordar cómo vestirse sean los primeros en poner los baberos a los niños, o que la misma persona que no puede recordar lo que comió ayer abre una parcela en su frágil memoria para relatar con pelos y señales cómo es una jornada de canciones y diversión.
El programa puesto en práctica este curso y pionero en España en edades tempranas (sólo existe un proyecto parecido en Seattle, Estados Unidos) pasó la primera hoja de su historia hace apenas unos meses.
Para más información: Diario de Valladolid