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El proyecto europeo Tacsmar buscar en el Mediterráneo medicamentos contra el Alzheimer y el Parkinson

¿Y si el secreto de la eterna juventud, de la salud permanente, estuviera en el fondo del mar? La biodiversidad marina es una fuente inagotable de descubrimientos para la medicina y la cosmética. Un grupo de científicos españoles están a la busca de nuevos descubrimientos en Almuñécar, en plena costa mediterránea.

El equipo de biólogos marinos recoge muestras para su proyecto de investigación europeo. Se centran en la llamada zona mesofótica, la capa relativamente poco estudiada por debajo de los treinta metros.

El biólogo Rafael Belda, de la empresa iMare Natural, dedicada a la diversificación de los cultivos marinos en el sector de la acuicultura, nos explica: “Estamos aquí para buscar especies de invertebrados marinos. Esto es una granja de cultivo de mejillones y buceamos para buscar las especies que necesitamos. Los invertebrados tienen biomoléculas que estamos buscando y que pueden ser utilizadas en el campo de la cosmética, la farmacología y la nutrición”.

Pólipos, esponjas y otros invertebrados producen toxinas naturales para defenderse de los depredadores. Los científicos creen que algunos de estos compuestos podrían ser utilizados en seres humanos para retrasar el envejecimiento de la piel, eliminar las células cancerosas o para curar otras enfermedades.

La oceoanógrafa Ana Esther Ortiz, responsable de producción de iMare Natural, describe el proceso que siguen: “Empezamos cogiendo muestras de invertebrados pequeños, entre cincuenta y cien gramos como máximo, para procesarlos en el laboratorio. Luego, mas adelante, si hay algún invertebrado con alguna sustancia de interés, la siguiente fase es cultivarlo en cautividad y hacer pruebas de reproducción artificial para no extraer invertebrados del medio marítimo y no dañar sus poblaciones naturales”.

Estos investigadores prueban en sus laboratorios métodos ecológicos de cría de invertebrados en tierra. Localizar las especies con más posibilidades para la investigación es la tarea de sus socios de investigación en otros países europeos.

Las muestras se envían a otro laboratorio en Francia, en Gif-sur-Yvette, donde un equipo distinto del mismo proyecto lleva adelante las pruebas bioquímicas. Los investigadores del centro han desarrollado herramientas innovadoras para extraer compuestos químicos de los invertebrados y cultivar microorganismos simbióticos que puedan producir moléculas antienvejecimiento a escala industrial.

El microbiólogo Jamal Ouazzani, coordinador del proyecto TASCMAR tiene muy presentes las enfermedades que podrían ser vencidas con un desarrollo a largo plazo: “El Alzheimer, el Parkinson, evidentemente la Degeneración Macular asociada a la edad, los problemas de artrosis, la piel también, el aspecto estético de la piel, el antienvejecimiento, agrupa un número considerable de trastornos y enfermedades”.

El objetivo no es sólo encontrar nuevos compuestos bioactivos, sino producirlos de una manera sostenible. Los científicos hacen cultivos microbianos en diminutos gránulos de polímero en lugar de en placas de cultivo celular con sustrato de gelatina; requiere menos disolventes y por tanto reduce los desechos químicos.

Ouazzani describe la actividad en el laboratorio: “Vamos a insertar resinas especiales que van a absorber las moléculas de interés. Aquí ya no tenemos necesidad de extraer líquido, tan solo vamos a retirar con un poco de disolvente lo que han captado las resinas y esto es algo, para empezar barato, ecológico y sobre todo, eficaz”.

Este proyecto de investigación continuará unos cuantos años más, en busca de descubrimientos que nos ayudarán a proteger tanto nuestra salud, como el propio mar.

Fuente: euronews.com

Con la colaboración de