La diabetes tipo 2 es una patología creciente que a menudo centra su foco en la edad adulta, coincidiendo con la llegada de los problemas de memoria. Es por ello que las últimas investigaciones al respecto han plasmado que los pacientes carentes de insulina presentan un mayor riesgo de desarrollar demencia. Pero, ¿cómo incluye la medicación de los diabéticos en esta problemática?
Con el fin de despejar dudas los neurólogos alemanes Micahel Eneka y los demógrafos Anne Fink y Gabriele Doblhammer han llevado a cabo una investigación en la que han participado más de 145.000 personas mayores de 60 años. Tras un seguimiento de seis años, los resultados reflejan que el tratamiento a largo plazo en diabetes logra aislar la pérdida de memoria.
La clave se encuentra en la pioglitazona, un medicamento típico en el tratamiento de los pacientes diabéticos. “La terapia a base de pioglitazona ha mostrado un beneficio secundario notable: su capacidad de disminuir significativamente el riesgo de demencia. Cuanto más tiempo dura el tratamiento, menor es el peligro”, explica Doblhammer.
La reducción del riesgo fue más notable cuando se administró el fármaco durante al menos dos años. Así, el riesgo de desarrollar demencia es un 47 por ciento menor que en los no diabéticos; es decir, “sólo la mitad de grande”, celebran los autores.
El informe apunta asimismo a los beneficios de otro fármaco: la metformina, capaz también de reducir la posibilidad de padecer alzhéimer con un efecto más leve.
“La pioglitazona es un fármaco antiinflamatorio que también inhibe la deposición de proteínas dañinas en el cerebro”, enseña el neurocientífico Michael Heneka. Sin embargo, Heneka hace hincapié en que la investigación sugiere que la pioglitazona tiene un efecto preventivo; es decir, “cuando se toma el medicamento antes de los síntomas de demencia”.
Los investigadores quieren probar ahora si el fármaco provoca este efecto únicamente en los diabéticos o si también puede funcionar en aquellos que no lo son.
Fuente: estusanidad.com
