La localidad vallisoletana acogerá, a partir del 18 de agosto, el proyecto ‘Conectando Memorias’ del colectivo Flying Fish, que propone un diálogo entre jóvenes y mayores.
El congreso sobre investigación intercultural Young Idea 2013 en París fue el origen; cuatro compañías teatrales de distintos países, los impulsores; el teatro y la educación, las herramientas; la transformación social, el propósito; Medina de Rioseco, el escenario elegido, y ‘Conectando Memorias’, el resultado. El colectivo Flying Fish, integrado por la compañía de teatro dirigida por la vallisoletana Lucía Miranda, Cross Border Project, los franceses Av obo, los holandeses GUTs y los húngaros Forum Company, trabaja en la intersección entre el arte, la educación y la intervención social. Eso es precisamente lo que pretenden con el proyecto que se desarrollará entre los días 18 y 30 de agosto en la localidad de Medina de Rioseco y que lleva por título ‘Conectando Memorias’.
«Cross Border Project siempre ha apostado por el teatro educativo y teatro foro, buscando una transformación social en diversos apartados mediante el teatro y la educación. Nos reunimos hace un año con otras compañías internacionales que tenían el mismo objetivo en París en un encuentro en el que se exponen diversas iniciativas para mejorar la sociedad», relata Marcos García, responsable de prensa y comunicación de Cross Border Project, haciendo referencia al origen de Flying Fish. Los miembros de este nuevo colectivo acordaron organizar proyectos anualmente en los que se trataran problemáticas con una cierta repercusión social. Este año, Cross Border Project actúan como anfitriones con el apoyo del Ayuntamiento de Medina de Rioseco, la Diputación de Valladolid y el plan Erasmus de la Unión Europea.
‘Conectando Memorias’ nace con el objetivo de que las vivencias de los mayores y las de los más jóvenes «se miren directamente», tal y como afirma Marcos García. Las cuatro compañías de Flying Fish se reunirán con asociaciones de ambos colectivos de edad y organizarán diversos talleres, clases formativas y teatro foro para «tender puentes intergeneracionales entre ambos». Para ello, han abierto un plazo de inscripción para personas de 14 a 20 años, por un lado, y para mayores de 60, por otro.
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Nacho Bilbao, coordinador de Flying Fish en España y músico de Cross Border Project, explica que la manera de «catalizar ese diálogo entre las dos generaciones es la memoria, algo que todos tenemos». Uno de los escenarios en los que se desarrollará el proyecto será la fábrica de harinas San Antonio de Medina de Rioseco, que acogerá una muestra del trabajo realizado durante los talleres el 29 de agosto. Nacho Bilbao considera la factoría, «testigo de mucha vida en Rioseco», como el lugar idóneo para actuar a modo de «puente de conexión de dos generaciones que se juntan para recuperar y hacer visible su historia».
Por y para las personas
Cross Border Project apuesta por trabajar por y para las personas, intentando que la distancia entre los artistas y el público sea la mínima, idea que pretenden poner en práctica con ‘Conectando Memorias’ en un ambiente que consideran propicio para ello. «Medina de Rioseco tiene un carácter y una personalidad muy marcados, así como una construcción de la identidad muy potente con unos rasgos más acotados. La intención es que sean las personas de Rioseco las que cuenten sus historias y transformen su situación», afirma Bilbao.
Una de las representaciones que se llevarán a cabo será la de la obra de Lucía Miranda, directora de Cross Border Project, ‘¿Qué hacemos con la abuela?’, que también se incluye en la programación del Festival de Teatro Alternativo (Fetal) de Urones de Castroponce. En esta función el tema tratado es el alzhéimer, conectado directamente con el propósito de recuperar la memoria colectiva que propone la investigación intercultural e intergeneracional.
El proyecto de Flying Fish, que ocupará el Casino y Círculo de Recreo y la fábrica de harinas San Antonio hasta el 30 de agosto, pretende crear algún tipo de impacto en la gente porque, tal y como asegura el coordinador del colectivo en España, la parte educativa y social está implícita en esta disciplina artística. «Cuando vas al teatro experimentas una realidad ficcionada con la que aprendes algo siempre, aunque solo sea que no te ha gustado. Se deben utilizar las herramientas del teatro, la música o la danza para contar historias a una comunidad