“Una bomba de relojería”, Arsenio Hueros Iglesias, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Familias de Personas con Alzheimer y otras demencias (CEAFA), utiliza esta expresión para referirse a las implicaciones futuras de la triplicación de la población afectada por la demencia en los países desarrollados en el plazo de 40 años. El informe de la OMS titulado ‘Demencia: una prioridad de salud pública’ prevé que para 2050 se alcanzarán los 115,4 millones de afectados en el mundo, y especifica que el tratamiento y cuidado de las personas con demencia cuesta, en la actualidad y a nivel global, en torno a 460.000 millones de euros por año, incluidos los gastos de la atención sanitaria y social, y la reducción o pérdida de ingresos de los enfermos y sus familiares.
Hueros relata que en España, a día de hoy, hay unas 800.000 personas diagnosticadas de demencia, lo que afecta, entre enfermos y familiares cuidadores, a unos 3,5 millones de personas. Las previsiones de la OMS marcarían por tanto, sólo para el número de diagnósticos, una cifra superior a los dos millones en nuestro país en 2050. Las estadísticas, continua Hueros, hablan de que a partir de los 65 años un 10% de la población sufrirá Alzheimer, y a partir de los 85 años este porcentaje aumentará hasta el 45%. “Si tenemos en cuenta el aumento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento de la población, se trata de un problema socio sanitario de primer orden”, enfatiza Hueros.
El presidente de CEAFA explica que cuando se habla del costo de la enfermedad de Alzheimer se maneja una cantidad de 30.000 euros anuales por cada familia. “Hay que pensar que, además del gasto sanitario, estamos hablando de necesidades como la de los materiales adaptados, la reestructuración de la vivienda para que sea segura para el enfermo y, sobre todo, el esfuerzo económico que supone el trabajo de una persona dedicada durante las 24 horas de día a atender al paciente que sufre demencia”, concreta el experto.
Tal y como explica Hueros, en un 80% de los casos el cuidador principal es una mujer que, debido a la supervisión continua que requieren los enfermos, debe abandonar o no tiene la posibilidad de un desarrollo profesional aparte y que, en la mayor parte de los casos, sufre problemas médicos derivados del cuidado como lesiones de espalda o graves trastornos de estrés y ansiedad.
“Siempre llaman más la atención los números, pero el impacto humano es mucho más duro que el económico. Se trata de enfermedades terribles porque la persona pierde, progresivamente, la conexión con la realidad, su personalidad y su historia, y hay un cuidador que debe prescindir casi por completo de su vida propia para atenderla, muchas familias se rompen por eso”, describe el presidente de CEAFA.
Desde CEAFA se calcula que si desde las instituciones se atendiera de manera integral a cada persona diagnosticada con Alzheimer el coste alcanzaría aproximadamente el 1,5 % del PIB. “Entendemos que esto es algo inasumible, de ahí la importancia de la investigación y del apoyo a las diferentes asociaciones de afectados, que son las estructuras más eficientes y económicas para la atención de estas patologías”, puntualiza Hueros.
La valoración de los casos, y el asesoramiento a las familias son algunas de las actividades que se llevan a cabo en el Centro de Referencia Estatal de Atención a las personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias (CRE Alzheimer) de Salamanca. Su directora, María Isabel González Ingelmo, coincide en la alarma que suponen las cifras lanzadas en el último informe de la OMS sobre el tema, y la importancia de un abordaje integral y multidisciplinar de estas patologías.
Este centro oferta a las familias estancias temporales de un máximo de 6 o 7 meses de duración para poder diseñar y entrenar un plan personalizado de intervención, así como formación y asesoramiento para las asociaciones de afectados, aunque González reconoce que reciben más solicitudes de las que pueden cursar y muchas están en lista de espera.
Hasta el momento, España aún no cuenta con un plan o programa nacional de abordaje de este tipo de patologías. La directora de CRE Alzheimer manifiesta que debido a la crisis económica “quizás es el peor momento para plantear un programa nacional, pero podemos ir avanzando en una declaración de intenciones”. González explica que ya se trabaja desde una plataforma denominada Alianza por el Alzheimer, y que uno de los objetivos planteados para los próximos dos años es la redacción de un libro blanco que sirva para la posterior instauración de un programa nacional a través del Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad.