Las demencias en general, pero la enfermedad de Alzheimer en particular, son hoy uno de los principales problemas tanto sociales como sanitarios en el que la familia aparece con frecuencia desbordada. En España la familia es la principal institución sobre la que recae la tarea de cuidar a las personas con Alzheimer, y más aún a las personas mayores, con tasas de atención superiores al 80%.
Por ello, todo el equipo asistencial debe implicarse en la educación y ayuda del cuidador principal en los cuidados básicos de la persona con Alzheimer para así obtener los mejores resultados en cuanto a mantenimiento de la mayor autonomía posible y durante el mayor tiempo posible por parte del enfermo, evitando o disminuyendo la sobrecarga de cuidados por parte del cuidador. (ceafa.es)
Los contenidos de esta sección son sumamente importantes:
Vestir y Arreglar
Colocar en el armario sólo la ropa de temporada, identificando con dibujos donde se encuentra cada prenda (calcetines, ropa interior o camisas).
Elegir con el enfermo la ropa que va a ponerse al día siguiente, dejándola colocada en el orden en que deberá ponérsela.
Hacer que el enfermo guarde sus cosas siempre en el mismo sitio. Así es más difícil que se le olvide y se evita que crea que se las han robado. Además, conviene tener una copia de los objetos personales más usados y necesarios por si acaso los pierde.
Cambiar los botones y cremalleras por tiras de velcro y utilizar prendas de una sola pieza elásticas y no ajustadas.
Es conveniente sustituir los zapatos de cordones por otros con cierre adhesivo, de suela antideslizante, sin tacones y de horma ancha.
No anticiparse ni meter prisa. Dejar tiempo para que el paciente se vista él mismo y, si no es capaz, primero intentar darle órdenes sencillas sobre lo que debe hacer y recurrir a la imitación.
No pensar que ya no puede hacer nada. Quizá el enfermo sea capaz de estirar el brazo para meter la manga, pero sólo necesita su indicación.
Si el enfermo no se sostiene en pie o sentado, ponerle primero la ropa de la parte inferior mientras está en la cama; después, al incorporarle para sentarle en la silla, subirle las prendas. Así ya sólo quedará la ropa de la parte superior.
Si es posible, terminar de arreglarle ante el espejo, lo que le ayudará a que sea capaz de reconocerse durante más tiempo.
Bañar y Lavar
No introducir estufas eléctricas en el cuarto de baño.
Guardar el secador y la maquinilla de afeitar y hacer que los use solamente cuando el cuidador esté delante.
Usar alfombras antideslizantes en el interior de la bañera.
Si no se dispone de plato de ducha, colocar asideros para ayudarle a que se meta en la bañera. No dejar que el enfermo entre y salga solo de la bañera.
Procurar que los grifos de agua caliente y fría estén bien identificados, ya que por lo general los enfermos tienen disminuida la sensibilidad y son muy frioleros por lo que aumenta el riesgo de producirse quemaduras.
En el mercado existen los llamados asientos geriátricos para el interior de la bañera, que permiten sentarse si el paciente se cansa o para lavarse los pies. Si no se tiene posibilidad, puede servir un taburete de plástico no muy alto y que mantenga la estabilidad dentro de la bañera.
Si el enfermo ya no es capaz de entrar en la bañera, se le puede asear de pie apoyado en el lavabo o en la cama según su grado de deterioro general. Para ello, conviene preguntar a un especialista cómo se realiza esta técnica.
Además de respetar al máximo la intimidad del enfermo, hay que tener en cuenta sus hábitos higiénicos, es decir, cuándo se afeitaban, cuántas veces a la semana se aseaban, si lo hacían por la mañana o por la noche.
Resulta beneficioso hacer del baño un momento relajante y lúdico, por lo que se puede poner música suave, de su época y dejarle que juegue en el agua.
No discutir con el paciente la necesidad de bañarse si no quiere hacerlo. Es mejor espera un rato y volver a intentarlo en otra ocasión. Para animarle, conviene reforzar su imagen: decirle lo guapo o lo limpio que va entre piropos.
Aprovechar el momento del baño para observar el estado de la piel en busca de heridas, enrojecimientos y hematomas.
Ayudarle a secarse bien, sobre todo los pliegues cutáneos, como las ingles, las axilas, los pliegues entre los dedos y debajo del pecho.
Invitarle a colocarse delante de un espejo para que termine de arreglarse.
Alimentación
Procurar que las comidas sean siempre a la misma hora y que el enfermo ocupe el mismo lugar en la mesa.
Si pide algún alimento entre horas, lo más conveniente es fruta, zumo, o incluso distraerle con otra actividad. Si esto sucede de continuo, distribuir su alimentación en más comidas de menor cantidad cada una.
Pedirle que colabore a la hora de poner y recoger la mesa.
Poner la mesa de forma sencilla y con vajilla irrompible y adecuada. Por ejemplo, los platos han de ser grandes y de un solo color para que pueda distinguir las raciones.
Evitar las distracciones, como por ejemplo la televisión.
La dieta debe ser variada. También es muy importante que beba líquidos.
Si se ensucia, no hay que regañar. Para evitar que se manche, ponerle una bata o babero largo.
Si no sabe utilizar los cubiertos, dejar que coma con las manos.
Comprobar siempre la temperatura de los alimentos.
Si el enfermo se levanta continuamente de la mesa, se le puede colocar entre la mesa y la pared.
Si no abre la boca, resulta útil tocarle en la barbilla o en los labios con la cuchara, pudiendo también recurrir a la imitación.
Si el paciente presenta riesgo de atragantamiento, se ha de tener en cuenta que, en general, le costará menos tomar alimentos semisólidos que los líquidos.
Uso del WC
Identificar el baño con un cartel el que se lea y se vea un dibujo de un retrete.
Procurar que el baño se encuentre cerca de la habitación donde pasa la mayor parte del día.
Hacer que la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer vaya al servicio aproximadamente a las mismas horas todos los días, aunque no tenga ganas de hacer nada y mantenerle allí sentado un rato.
Restringir la ingesta de líquidos dos horas antes de acostarle, para que no se orine por la noche.
Observar comportamientos que indiquen que desea ir al WC.
Colocar asideros en la pared específicos para el WC.
Dormir y Descansar
Procurar mantenerle activo y despierto durante el día., permitiéndole una media hora de siesta o reposo después de comer (a poder ser sin encamarse).
Asegurarse de que la temperatura de la habitación es la adecuada.
Procurar un ambiente tranquilo, sin ruidos, con luz tenue.
Retirar los objetos que puedan asustarle.
Es conveniente que tenga un despertador grande y luminoso de noche a la vista.
No dejar ropa a mano, porque puede desorientarse, pensar que es hora de levantarse y vestirse.
Establecer una rutina de actividades antes de acostarse, para que identifique lo que debe hacer. Por ejemplo, el vaso de leche, ir al WC, lavarse, ponerse el pijama y acostarse.También puede ayudarle poner siempre una misma música suave mientras se realizan estas actividades, de manera que asocie la música con dormir.
Procurar acostarle y levantarle siempre a la misma hora.
Si se levanta por la noche, llevarle hasta la ventana, subir la persiana, que él mismo vea que es de noche, y ayudarle a volver a acostarse.
Si, a pesar de los cuidados, no se consigue que duerma, consultar al médico; existen medicamentos muy eficaces para dormir
Capacidad para Moverse
La actividad más sencilla es salir a pasear. Resulta gratificante ir por los lugares que le gustaban tranquilamente y haciendo pequeñas paradas para descansar.
Poner música dinámica y animarle a bailar moviendo todo el cuerpo.
Realizar ejercicios sencillos como aplaudir, agitar un pañuelo o decir adiós con la mano resulta muy útil.
Procurar al enfermo la ayuda necesaria para poder desplazarse con la mayor autonomía posible. Antes de realizar los traslados en sillas de ruedas, probar a utilizar un bastón, ayuda humana o un andador.
Riesgo de Pérdida
No dejar que salga solo de casa e, incluso, estando con él, asegurarse de que la puerta de la calle está cerrada y echado el pestillo.
Colocar un colgante musical encima de la puerta, de tal forma que si la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer consigue abrirla, se pueda dar cuenta.
Es útil el uso de pulseras o collares donde se indique la enfermedad que padece y el número de teléfono o dirección donde deben llevarle si alguien lo encuentra.
Avisar a los amigos, comerciantes y vecinos del barrio de la enfermedad que padece para que avisen si lo ven solo.
Riesgo de Caída
Revisar el estado de sus pies.
Revisar también el estado de la vista.
Conviene tener pasamanos en los pasillos.
También es posible que pueda caerse de la silla al quedarse dormido o, por el contrario, a causa de la inquietud. Para evitarlo, procurar tener sillas pesadas, con brazos laterales y, en caso de que se duerma, arrimarlo a una mesa colocándole los brazos apoyados en ella.
Procurar ordenar la casa, dejando espacios amplios y sin obstáculos en las zonas habituales de paso.
Asegurarse de que en la vivienda hay una iluminación adecuada.
Colocar bandas antideslizantes en las escaleras, de un color que destaque, de tal forma que la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer pueda identificar los cambios de altura.
Eliminar las alfombras o fijarlas al suelo.
Seguridad en el Hogar
Colocar el botiquín y productos de limpieza lejos del alcance de la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer.
Los cables de los sistemas eléctricos deben estar correctamente colocados en trayectos altos y tapados. Colocar también protectores en los enchufes.
Guardar bajo llave los objetos punzantes, cortantes y peligrosos en general.
Sustituir la cocina de gas por una eléctrica. Si supone un gasto que no se puede permitir, tener el gas cortado cuando no vaya a utilizarla.
Cubrir los radiadores con muebles protectores, asegurándose de que están bien sujetos a la pared.
La persona afectada por la enfermedad de Alzheimer puede olvidarse un grifo abierto; por tanto, procurar tener cerradas las llaves de paso del agua cuando no haya nadie más en casa.
Si se van a realizar cambios en el hogar, procurar no llevarlos a cabo de forma brusca para no desorientar a la persona que padece la enfermedad de Alzheimer.
Consejos y Cuidados