Decedario se ha convertido en un material terapéutico de estimulación cognitiva no solo para tratar las secuelas del DCA, sino también para patologías que derivan en problemas del aprendizaje, el lenguaje o la comunicación como el autismo, el alzhéimer, el párkinson o la dislexia. “Incluso lo he llegado a utilizar con mi abuela. Tiene 96 años y es superdivertido jugar con ella y trabajar sus funciones cognitivas”, cuenta Diana.
Según explica, de la misma manera que un escritor transforma en palabras episodios de su propia vida o un artista da forma a sus emociones a través de obras plásticas, en su caso el medio de expresión tenía que ser el diseño gráfico, y el canal, el juego, porque a su juicio siempre es una vía de motivación que permite compartir momentos y aprendizajes de forma divertida.
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