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Érase una vez un maratón de cuentos

Esta tarde arranca una de las citas más mágicas del año en Guadalajara, con el misterio como eje central. 46 horas de narraciones ininterrumpidas de un festival que este año cumple la friolera de 21 añitos.

Desde hoy y hasta el domingo, Guadalajara se convierte en un susurro colectivo de voces para contar historias de origen remoto (y que han sobrevivido gracias a la tradición oral), y actual, surgidas de la fantasía de cuentistas profesionales o aficionados y que desde hoy y hasta el domingo  se juntan para disfrutar del Maratón de Cuentos que este año cumple 21 añitos.

Este año, el misterio se convierte en la excusa perfecta para congregar a miles de personas dispuestas a emocionarse con una de las prácticas más antiguas del ser humano: la narración de historias. Según Blanca Calvo, una de las organizadoras del festival, serán unas 700, de todo tipo: “Hay gente que cuenta los cuentos que escribe, otros que aprenden uno para la ocasión y personas que prefieren echar mano de uno que le narraron cuando era muy pequeño”. Cuentos también para todo tipo de gente: desde bebés (el sábado, a partir de las doce, en la Sala Azul del Palacio del Infantado, Globiturutadas, de Estrella Ortiz), pasando por adultos (a todas horas, incluida la madrugada, en la Chimenea) y familias al completo.

Pero tal y como reconoce la propia Calvo, el maratón no es uno, sino muchos (está el radiofónico, el de ilustración, el fotográfico), abierto a todo aquel que tenga algo que aportar. Sólo existe una regla a la hora de participar como cuentista: prohibido leer. 

El festival arranca dispuesto a ocupar 46 horas de manera ininterrumpida contando y escuchando historias, y con un palacio, el del Infantado, como epicentro del mismo. Pero no será el único. Las historias viajarán de un lado a otro para llegar al Hospital  (hoy, viernes, a las 11 horas), a la residencia de Mayores Los Olmos (también a las 11 horas), la Asociación Alzheimer o Las Encinas (a partir de las 12 horas).

Este año, el misterio será el lenguaje común del recital. Porque además del español, también se hablará en otros idiomas. A cada hora, y en cada uno de los escenarios escogidos para el evento, un narrador de los 30 procedentes de la Unión Europea, “contará un misterio de su países”. 19 personas han trabajado en las últimas semanas y de manera voluntaria en la traducción de las historias (habrá pantallas a tal efecto) para que nadie pierda el hilo. Porque más de uno de estos narradores internacionales ya han reconocido su intención de emplear su lengua materna “porque piensan que el auditorio les entenderá mejor en su propio idioma”.

Desde mediados de esta semana, decenas de letras y telares permanecen suspendidos en el aire (desde la calle Miguel Fluiters y del Palacio del Infantado), dispuestos a ser ordenados. Entre tanto, músicos, pasacalles, bailarines y saltimbanquis calentarán motores para acoger, un año más, un festival en el que tienen cabida narradores profesionales y aficionados, dispuestos a enganchar con sus historias y, sobre todo, a plantear preguntas más que respuestas. “Ahí reside el misterio”, reconoce la organización.

Fuente: dhenares.es

Con la colaboración de