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Erwin Neher: «Espero que Trump sea relevado antes de que haga más daño a la investigación»

El laureado científico germano asegura durante su encuentro con ABC que «el Alzheimer tendrá cura, sin duda, pero aún no sabemos cuándo»

El Nobel alemán en Fisiología, Erwin Neher, visitó Galicia la pasada semana en el marco de las charlas de la Fundación Corbi. Con semblante amable, mirada curiosa y ajeno al reloj, Neher se sentó con ABC para analizar el futuro de la investigación cerebral y su aplicación en la cura de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Didáctico y afable, el germano dejó constancia de su positivismo al afirmar que «sin duda encontraremos la cura para este mal, aunque no sabemos cuándo».

—Lleva una vida dedicado a la investigación de los circuitos neuronales. Pese al acelerón en las investigaciones que se ha producido en las últimas décadas, ¿nuestro cerebro sigue siendo el gran desconocido?

—Sí, es lo más complejo que hay en el universo. Estamos intentando saber cómo funciona, pero vamos pasito a pasito. Intentando conocer más y más y tratando de descubrir nuevas cosas.

—¿Es posible cuantificar ese progreso?¿Qué porcentaje se ha descifrado?

—(Risas) No, es imposible.

—Sus investigaciones guardan mucha relación con el Alzheimer. España es el tercer país del mundo con mayor prevalencia de esta enfermedad. ¿Tiene conexión con factores ambientales?

—La longevidad es una de las causantes. España es particularmente saludable, la gente vive más y sabemos que la edad guarda relación con el Alzheimer. La dieta es otro condicionante que puede explicar este dato.

 

«La clave para sanar las dolencias neurodegenerativas está en descubrir qué mata a las neuronas y frenarlo»
—Algunos de sus descubrimientos sobre el funcionamiento de los circuitos neuronales abrieron la puerta a los fármacos con los que ahora se trata de paliar el Alzheimer...

 

—Sí, se trata de una investigación de hace 40 años que dio la base para hacer más estudios en esa dirección. El desarrollo de estos medicamentos no fue mi trabajo, aunque sí partió de esta investigación.

—¿En qué consisten estas terapias, que tratan de ralentizar el avance de la enfermedad?

—No se sabe exactamente cómo funcionan en la mente. Es difícil de explicar, pero básicamente consiste en que cuando una neurona habla con otra hay una actividad directa y otra periférica, y esta sustancia logra bloquear lo que está alrededor. Pero no sabemos cómo reduce el progreso de la enfermedad.

—¿La futura cura está en descubrir qué mata nuestras neuronas?

—Sí, qué las mata y cómo se puede prevenir. Necesitamos entender los mecanismos que llevan a la muerte de las células. El problema es que hay varias maneras de que mueran: por necrosis o porque están programadas para morir. Las neuronas, que supuestamente no deben morir, son engañadas para suicidarse. Y ahí está la clave.

—Hay expertos que defienden el entrenamiento intelectual para retrasar la aparición de estas enfermedades...

—Yo estoy totalmente de acuerdo. Es difícil probarlo en humanos, pero hay modelos en animales que lo demuestran, que confirman que un entorno estimulante retrasa estas patologías.

—¿Llegaremos a descubrir la cura para el Alzheimer?

—Sí, sin duda, el problema es que aún no sabemos cuándo. Durante mucho tiempo la investigación en este campo siguió un camino erróneo porque no nos estábamos centrando en la causa real del problema. La causa que se creía que era, unas placas que se formaban, es solo una consecuencia. Eso nos ha hecho perder tiempo, pero la investigación consiste en eso, el ensayo-error.

—Usted investiga en Estados Unidos, un país puntero a nivel mundial. ¿Teme que las políticas de Donald Trump afecten a la comunidad científica y a sus trabajos?

—Sí, lo temo. Lo que espero es que no pueda cumplir todo lo que quiere y que nos liberemos de él lo más rápido posible. La mayoría de mis colegas opinan lo mismo, por eso esperamos que lo releven antes de que haga más daño a la investigación y en cuestiones como el cambio climático, volviendo a una economía mucho más contaminante.

Fuente: abc.es

Con la colaboración de