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¿Es posible frenar el alzheimer con una vacuna?

Actualmente, la principal línea de investigación se centra en desarrollar vacunas para lograr frenar o modificar la patología. De momento, sin embargo, los ensayos clínicos no han tenido éxito.

Acabar, retrasar, o poner freno a la enfermedad de Alzheimer es uno de los grandes retos de la medicina de las últimas décadas. Hasta la fecha, ningún descubrimiento ha sido certero. Si bien, desde hace unos años los expertos tienen puestas sus esperanzas en la inmunización. Es decir, el uso de vacunas para tratar de luchar contra la patología, que afecta a una parte importante de la población mayor de 65 años.

Como explica a Consalud.es Juan Fortea, del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología(SEN), "las estrategias de vacunación se llevan haciendo desde hace unos diez años, y ha habido varios ensayos clínicos en España". Sin embargo, explica, hasta ahora ninguna ha llegado a tener suficiente relevancia clínica aunque "hay esperanzas de que en un futuro próximo la tengan".

Fortea está de acuerdo en que el uso de vacunas puede llegar a frenar o retrasar la enfermedad, aunque no a curarla ni evitarla: "Con que logremos modificar su desarrollo ya nos podríamos dar con un canto en los dientes, teniendo en cuenta la complejidad de la patología. Pensar que por tener una inmunización un paciente se va a recuperar de una demencia no me parece una expectativa nada realista", señala.

El problema es que las vacunas diseñadas hasta el momento van dirigidas a atacar la proteína beta-amiloide, cuya acumulación en el cerebro se realiza años antes de que surja la enfermedad y de la que se piensa que es una de las causantes de la neurodegeneración propia del alzheimer. No obstante, "eliminar esta proteína no ha demostrado hasta ahora un impacto clínico definitivo", de ahí al fracaso de los ensayos.

ATACAR LA PROTEÍNA TAU

 Pese a ello, Fortea asegura que, en la actualidad, las investigaciones sobre inmunización son las que más financiación reciben y las que más avances están logrando. Si bien, aún no están muy desarrolladas las vacunas contra la proteína Tau, el otro elemento que más afecta en la pérdida de neuronas propias de la enfermedad, lo que supondría un importante cambio a la hora de enfrentarse a la demencia.

En este sentido, científicos británicos del Instituto de Investigación para la Atención de las Personas Mayores han anunciado la puesta en marcha de un ensayo clínico para probar vacunas que ataquen a esta proteína, según informa el diario Daily Mail.

Sea de una forma o de otra, el portavoz de la SEN insiste en que los tratamientos no acabarán con el alzheimer. "De lo que se trata es de aminorar su carga. Con sólo retrasar el inicio de la enfermedad en cinco años estaríamos disminuyendo la carga de la demencia en un 50%, esto supondría una gran ventaja, no sólo a nivel médico, sino también económico", añade.

Fuente: consalud.es

Con la colaboración de