Isabel Sánchez es desde el pasado mes de abril la nueva presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA) en sustitución de Aurora Ortiz. No obstante, lleva más de una década como socia de la entidad y cinco años como parte integrante de la junta directiva.
¿Es su primera cuestación por el Día Mundial del Alzheimer?
Como presidenta sí, pero no como socia, ya que llevo 10 años en AFA y otros cinco he formado parte de anteriores juntas directivas de la asociación.
¿Su implicación en AFA obedece a que tiene o ha tenido algún familiar con la enfermedad de Alzheimer?
Sí, tuve a mi padre, aunque estuvo muy poco tiempo en el centro de día de AFA hasta que falleció, y después he tenido a mi madre, que acaba de morir este mes. Por ello, estoy aquí como una manera de devolver parte de lo que a mí me han dado.
La Asociación juega un gran papel de apoyo y asesoramiento a las familias que tienen enfermos con Alzheimer. ¿En su caso ha sido también así?
Sí, porque yo he sido la cuidadora principal tanto de mi padre como de mi madre, y sin duda el papel de la asociación a la hora de apoyar a los familiares de pacientes con Alzheimer es muy importante, por el equipo psicológico que tenemos, los talleres que impartimos para formar a los cuidadores, los servicios de ayuda de domicilio para enfermos encamados y en el centro de día donde se ofrecen todo tipo de talleres a las personas con demencias.
¿Recuerda cuánto recaudó AFA en la cuestación del año pasado y a qué se destinó?
Creo que fueron alrededor de los 12.000 euros lo que se obtuvo de la postulación del año pasado, cantidad que se destinó como ocurrirá este año, a sufragar los distintos programas que desarrollamos desde AFA y para el mantenimiento del centro, que se lleva la mayor parte del presupuesto anual.
¿Tienen previsto poner en marcha algún proyecto novedoso a corto plazo?
Sí, queremos iniciar ahora en octubre un programa para comenzar a trabajar con gente con una demencia incipiente, que ya han sido diagnosticados, pero que todavía es autónoma, con el fin de poder trabajar con ellos un par de días a la semana, para ralentizar la enfermedad. Precisamente las asociaciones de enfermos de Alzheimer lo que queremos es que cada vez se produzcan diagnósticos más precoces para trabajar las habilidades sociales con los enfermos antes de que el deterioro sea mayor.
Teniendo en cuenta que esta dolencia va en aumento, son muchas las familias con algún miembro afectado que todavía no se han acercado hasta AFA. ¿Les anima a dar este paso?
Sí, por supuesto, animo a la gente a que se acerque a la asociación a pedir información. Desgraciadamente nuestras instalaciones se nos quedan pequeñas, ahora mismo tenemos una lista de espera de 27 personas para entrar en el centro de día, pero contamos con muchos talleres y sobre todo con el asesoramiento para indicarles a las familias cómo pueden trabajar con sus familiares.
En su caso, cuando recibió el diagnóstico de que su padre y después su madre tenían Alzheimer, ¿cuál fue su reacción?
Se te cae el mundo encima porque dices ¿y ahora qué? Cuando se los diagnosticaron a mi padre yo no conocía AFA y la primera reacción es empezar a mirar por internet para conocer más sobre la enfermedad. Al principio uno está muy desorientado. Por ello, es muy bueno acercarse a las asociaciones que uno tenga en su localidad, como es el caso de AFA.
¿Es difícil convivir con una persona con Alzheimer?
Muy difícil porque una persona con esta enfermedad necesita atención las 24 horas. Yo personalmente hace dos años tuve que dejar de trabajar para cuidar de mi madre. La vida te cambia totalmente, pierdes el trabajo y tu vida social, y psicológicamente te afecta mucho, porque digamos que los pierdes dos veces, porque la esencia la van perdiendo. Además cuando tienes tanta dedicación hacia ellos como ha sido mi caso el vacío es muy grande cuando ellos se van.
Los geriatras aseguran que son 10 los signos de alerta que motivan la consulta al especialista. ¿Reivindican un diagnóstico precoz?
Sí, nosotros lo que estamos demandando es que se forme y prepare adecuadamente a los médicos de Atención Primaria para que detecten los síntomas y los signos de alarma reales de demencia o de Alzheimer y que la derivación al neurólogo o al geriatra sea lo antes posible.
Fuente: latribunadealbacete.es