Los resultados publicados en la revista Brain, editada por Oxford University Press, sitúan a la magnetoencefalografía (MEG) como un posible biomarcador de evolución al Alzheimer desde la etapa prodrómica o de DCL, informa la Universidad de La Laguna en un comunicado.
Según los investigadores, estos hallazgos abren una nueva perspectiva en los mecanismos neurofisiológicos que modulan las diferentes fases de la enfermedad y por tanto posibilitan nuevas perspectivas de intervención que permitan retrasar o ralentizar los efectos que tiene esta enfermedad neurodegenerativa, que es la que mayor dependencia y discapacidad ocasiona en la población anciana mundial.
La Organización Mundial de la Salud estima que en la actualidad 35.6 millones de personas viven con demencia en todo el mundo, y que en el año 2030 este número se habrá casi duplicado, mientras que en el 2050 se habrá más que triplicado.
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