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Expertos estudian cómo afecta la polución al desarrollo cerebral de los niños

Neurocientíficos, neurólogos, psiquiatras y neuroepidemiólogos se reunirán desde mañana en Barcelona para analizar cómo afecta la contaminación atmosférica, la calidad del agua, la alimentación, los químicos industriales y el consumo de alcohol al desarrollo del cerebro de los niños.

Convocados por B·Debate, una iniciativa de Biocat y de la Obra Social "la Caixa", el encuentro estará dirigido por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), centro de investigación ISGlobal.

Según el CREAL, el aire que respiramos, la polución, el agua que bebemos, lo que comemos, los productos químicos con los que entramos en contacto y el consumo de alcohol son algunos de los factores ambientales que repercuten sobre la salud de las personas.

Y según los científicos, en las etapas tempranas de la vida, desde la gestación hasta la adolescencia, los elementos adversos del ambiente pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo cerebral de los jóvenes.

Los científicos discutirán durante dos días en el CosmoCaixa de Barcelona sobre los conocimientos actuales del impacto de los condicionantes ambientales en el desarrollo cerebral de niños y adolescentes y la influencia de estos elementos en el período de gestación.

Según los organizadores del encuentro, los estudios del cerebro en niños y adolescentes aportan información crucial para comprender los patrones normales de funcionamiento y desarrollo neuronal, pero hasta ahora no se han utilizado técnicas de neuroimagen en grandes estudios poblacionales, como las resonancias magnéticas estructurales y funcionales para conocer las conexiones y estructuras neuronales.

"El cerebro es un órgano plástico con la capacidad de aprender y memorizar, entre otros procesos cognitivos complejos que nos hacen humanos. El cerebro es el órgano que necesita más tiempo para desarrollarse", ha explicado el director del CREAL, Jordi Sunyer.

"El desarrollo del cerebro humano es secuencial y cada fase cuenta. En edad infantil y adolescente necesita la interacción con el ambiente para configurarse, pero también es más sensible que un cerebro maduro a los agentes agresivos y por eso los factores químicos y otros condicionantes ambientales negativos pueden perjudicar al sistema nervioso y al desarrollo neuronal", ha subrayado el investigador.

"El desarrollo del cerebro sigue una serie de fases de maduración que se deben completar en un plazo de tiempo y secuencia específicos para que este órgano pueda configurarse y funcionar de manera óptima", ha resumido Philippe Grandjean, profesor de salud ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU), que participará en el encuentro.

Según Jordi Júlvez, investigador del CREAL, "hasta ahora los radiólogos habían evaluado casos clínicos de enfermedades, pero nosotros queremos saber qué puede aportar la neuroimagen al análisis del neurodesarrollo".

Los científicos determinan qué factores influyen en enfermedades que pueden expresarse durante el resto de la vida e incluso acelerar su aparición, como las patologías neurodegenerativas del Parkinson y la demencia tipo Alzheimer.

"La finalidad última es la prevención, mediante la descripción de las exposiciones y las interacciones con el ambiente que perjudican el desarrollo cerebral", ha concluido Jordi Sunyer, que ha reivindicado que "la epidemiología es una ciencia que está muy cerca de la gente y por eso este conocimiento científico debería entrar en las políticas de salud pública de los gobiernos".

Fuente: La Vanguardia

Con la colaboración de