Investigadores del Instituto Buck para la Investigación del Envejecimiento, en Estados Unidos, han encontrado una relación entre la apolipoproteína E (ApoE4), uno de los principales factores para la enfermedad de Alzheimer (EA), y la proteína «antienvejecimiento» SirT1, a la que se dirige un componente del vino tinto, el resveratrol. La investigación, publicada en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), proporciona información que podría servir para el desarrollo de las nuevas terapias que se dirigen a la interacción entre ApoE4 y las sirtuinas.
El principal factor de riesgo genético para la enfermedad de Alzheimer, presente en aproximadamente dos tercios de las personas que desarrollan la enfermedad, es ApoE4, la proteína que se encarga de transportar el colesterol con el que nace alrededor de una cuarta parte de las personas. Pero uno de los misterios sin resolver del alzhéimer es cómo ApoE4 aumenta el riesgo de desarrollar esta incurable enfermedad neurodegenerativa.
Los investigadores, liderados por Rammohan Rao y Dale Bredesen, encontraron que ApoE4 causa una reducción importante en SirT1 (una de las siete sirtuinas humanas) tanto en las células neuronales cultivadas como en muestras cerebrales de pacientes con ApoE4 y EA. «Los mecanismos bioquímicos que enlazan ApoE4 a la enfermedad de Alzheimer han sido un cuadro negro. Sin embargo , el trabajo reciente de una serie de laboratorios, incluyendo el nuestro, ha comenzado a abrir la caja», dijo Bredesen.
Nuevos fármacos
Los expertos también han visto que las anomalías relacionadas con ApoE4 y EA, como la formación de fosfo-tau y beta-amiloide, se podrían prevenir mediante el aumento de SirT1, además de identificar candidatos a fármacos que ejercen el mismo efecto. «Esta investigación ofrece un nuevo tipo de protección para la prevención y el tratamiento del alzhéimer», resumió Rammohan V. Rao. Y subraya la necesidad de identificar un tratamiento seguro no tóxico que se pudiera dar a cualquier persona que porte el gen ApoE4 para prevenir el desarrollo de la EA.
En particular, los investigadores descubrieron que la reducción en SirT1 se asoció con un cambio en la forma en que se procesa la proteína precursora de amiloide (APP). En concreto, ApoE4 favoreció la formación del péptido beta-amiloide que se asocia con las placas que son una de las características distintivas de la enfermedad, mientras con ApoE3 (que no confiere un mayor riesgo de EA), hubo una mayor proporción del péptido antiAlzheimer sAPP alfa, en comparación con el péptido beta-amiloide proAlzheimer. Este hallazgo se ajusta muy bien con SirT1, ya que se ha demostrado previamente que la sobreexpresión de SirT1 aumenta ADAM10, la proteasa que se adhiere a APP para producir SAPP alfa y evitar la beta-amiloide.
Fuente: abc.es