El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales y cuyo origen parece encontrarse en la acumulación en el cerebro de placas de proteína beta-amiloide, altamente tóxicas para las neuronas.
Tal es así que en los últimos años se han desarrollado multitud de estudios para hallar la forma de evitar la formación de estas placas y, así, prevenir la enfermedad. Es posible que la Naturaleza ya cuente con una molécula capaz de hacerlo. Y es que investigadores de la Universidad del Sur de Florida en Tampa (EE.UU.) han descubierto que la remolacha contiene un compuesto que, denominado ‘betanina’ es muy eficaz a la hora de evitar que los péptidos beta-amiloide se unan formando estas devastadoras placas.
Li-June Ming, director de esta investigación, explica que «nuestros hallazgos sugieren que la betanina, compuesto que se obtiene del extracto de la remolacha, es un inhibidor muy prometedor de algunas reacciones químicas específicas que tienen lugar en el cerebro y que se encuentran directamente implicadas en la progresión de la enfermedad de Alzheimer».
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