- CEAFA y Fundación Maria Wolff presentan la primera “Acreditación en el cuidado de demencias sin sujeciones” de carácter nacional para residencias de mayores y centros de día.
- Los familiares de personas con enfermedad de Alzheimer quieren motivar al sector para que ofrezcan un cuidado diferenciado y libre de sujeciones a sus residentes
- En torno a la mitad de las personas con demencia institucionalizadas en España han sufrido el uso de sujeciones físicas por períodos más o menos largos de tiempo
- Las sujeciones físicas, prescritas de forma diaria, con la finalidad de evitar caídas, no son constitucionalmente legítimas y atentan contra la dignidad de las personas
12/02/2014.- Esta mañana se ha presentado en Madrid la “Acreditación en el cuidado de demencias sin sujeciones” impulsada por la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) y Fundación Maria Wolff. Las dos organizaciones se han unido para crear un frente común y ayudar a las residencias a adoptar un modelo de intervención que les permita ofrecer una atención y cuidados específicos a la demencia que se centre en la dignidad de las personas y huya del empleo de cualquier tipo de sujeciones.
La iniciativa presentada pretende dar aliento, ayuda y reconocimiento a aquellas instituciones comprometidas con la mejora de la calidad asistencial a personas con demencia. Una de las principales conclusiones a las que se ha llegado en la presentación de hoy es que una correcta atención puede favorecer la eliminación de las sujeciones y a la vez mantener, o incluso mejorar la seguridad global de los centros.
En el acto se han explicado los objetivos que persigue la puesta en marcha de la primera acreditación que avala a los centros que ofrezcan cuidados y atenciones de calidad a las demencias y a sus residentes en general libres de ataduras físicas. Esto es posible mediante estrategias sistémicas de apoyo y formación de todo el personal de los centros, fundamentalmente, en el campo de las demencias, prevención de caídas, evitación de sujeciones químicas, manejo de problemas afectivos y conductuales mediante terapias no farmacológicas seleccionadas por expertos, y por programas que implanten una cultura amigable con las personas con demencias.
En España, miles de residencias y centros de día mantienen con sujeciones físicas a las personas con Alzheimer y otras demencias, atentando, de este modo, contra su dignidad como personas. En torno a la mitad de las personas con demencia institucionalizadas en nuestro país han sufrido el uso de sujeciones físicas por períodos más o menos largos de tiempo. Y eso, a pesar de que la medida haya
quedado obsoleta ya que está probado que países enteros han demostrado que las sujeciones no se necesitan para ofrecer cuidados con una seguridad aceptable.
Experiencias en otros países han demostrado que el cambio del paradigma asistencial se puede conseguir mediante consultoría y formación. EE.UU. es un país que, como España, rondaba el 40% de prevalencia de sujeciones en residencias en los años 80. Hoy día, varios estados han casi erradicado su uso. En estos países nadie se plantea volver al paradigma de las sujeciones.
Los familiares de este colectivo, ante esta situación, están decididos a acabar con estas prácticas en nuestro entorno de una manera definitiva. Experiencias y estudios demuestran que es posible mejorar la autonomía y dignidad de estas personas con las metodologías adecuadas. Fundación Maria Wolff es el centro de investigación que más años lleva investigando en España las maneras de ayudar a instituciones geriátricas.
Al conseguir esta acreditación se garantiza que se aplica una metodología probada por Maria Wolff que ya ha obtenido excelentes resultados y está respaldada por CEAFA. Los centros que consigan acreditarse podrán ser recomendados por las Asociaciones de Familiares para potenciar unos cuidados de calidad.
En su presentación, Koldo Aulestia, presidente de CEAFA, explicó que “cuando los familiares llevamos a nuestros enfermos a una residencia es porque el avance de su deterioro imposibilita ofrecerles un cuidado de calidad en el domicilio. Pero