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Familiares de personas con demencias solicitan ayuda personalizada mientras los centros de día permanecen cerrados

El padre de Sofía padece desde hace varios años alzheimer. Desde que los centros de día cerrasen sus puertas condicionados por la pandemia del coronavirus, esta bilbaína se ha desvivido por su progenitor. Ya no puede más. Este verano ha tenido que echarle un cable una hermana que reside en otra provincia y ha tirado de ahorros para contratar una ayuda esporádica. Con la llegada del mes de septiembre se le ha terminado la jornada telemática.

Es una de las tantas vizcaínas que tiene a su cargo a una persona dependiente. En Euskadi están contabilizados más de 60.000 afectados por alzheimer, 1.200 de ellos están vinculados a la Asociación de familiares de Alzheimer y otras demencias de Bizkaia. El patógeno de Wuhan les ha puesto a prueba. A los centros de día no les quedó otra que cerrar sus puertas con el estado de alarma. Sin embargo, seis meses después en muchas localidades vizcaínas como, por ejemplo, Bilbao, todavía continúan cerrados. «Depende de la situación epidemiológica del municipio, pero los familiares lo estamos pasando fatal», resume Marian Díaz, presidenta del colectivo. «Las personas que están en estadios más leves pueden llevar la mascarilla y las restricciones mejor, pero a medida que avanzan no lo entienden, se la quitan, se vuelven más agresivos y se enfadan», añade.

Más información: El Correo

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