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Geriatría, calidad de vida para el mayor

La Geriatría es la rama de la medicina que hace poco tiempo se denominaba como la especialidad del futuro y a día de hoy es de primer orden ante el envejecimiento de la población y el progresivo incremento de la esperanza de vida en nuestro país, se ocupa de los aspectos clínicos, terapéuticos, preventivos y sociales de las enfermedades en los adultos mayores. Su objetivo es prevenir la aparición de enfermedades y tratarlas tan pronto como aparecen  e impedir que evolucionen hasta convertirse en crónicas

El diagnóstico precoz y la rapidez en el inicio de un tratamiento adecuado puede evitar la discapacidad.
«En el envejecimiento todo se mide en términos de autonomía  y nuestra misión básicamente es mantener la funcionalidad y evitar que se limite la calidad de vida», explica el doctor René de Lamar, especialista en Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro. Y para lograrlo, continúa el doctor Lamar, es fundamental la detección precoz de los diferentes problemas de las personas mayores que tienen una presentación atípica y diferente al adulto joven.

Lo ideal es acudir al geriatra a partir de los 60-65 años para realizar una valoración integral multidisciplinar, herramienta básica de la especialidad y establecer el plan de actuación que cada persona necesite.

En el transcurso del mismo se estudia el estado mental, afectivo, funcional y físico de la persona y de su entorno social, en función de los resultados se llevan a cabo las acciones precisas sobre todos los elementos detectados.

Para ello, la unidad de Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro cuenta con la estrecha colaboración del resto de especialistas y diferentes servicios que conforman la estructura hospitalaria para realizar todas aquellas interconsultas, pruebas y estudios específicos que sean necesarios para obtener los mejores resultados para nuestros pacientes que le permitan disfrutar de la ansiada calidad de vida en el camino de envejecer.

Y es que en Geriatría se produce lo que se conoce como efecto iceberg, dado que muchas veces el propio paciente no conoce que padece enfermedades que se manifiestan por sus consecuencias, por lo que se achacan  síntomas del proceso de envejecimiento sin más, lo que un especialista detectaría como indicios de la existencia de una patología y que con frecuencia retrasa el diagnóstico y complica la evolución. «Para entender el comportamiento de las enfermedades a estas edades se deben analizar las características del modo de enfermar de los mayores  condicionado por el envejecimiento del organismo que hace que las cosas no son lo que parecen y la enfermedad tiene una presentación atípica ya que es un período de la vida en el que los síndromes geriátricos constituyen la forma de presentación de las enfermedades», apunta el especialista en Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro.

Entre estos síndromes se encuentra la inestabilidad, incontinencia urinaria, el mayor número de caídas, la iatrogenia o daño involuntario producido al organismo por un exceso de medicamentos así como el ánimo y el intelecto deteriorado. Estos condicionantes son los que provocan que las revisiones periódicas cobren tanta importancia para evitar el deterioro del paciente con un tratamiento a tiempo, ya que en esta especialidad se estudia de forma multidisciplinar el estado de la persona en todos los ámbitos y se diferencian con claridad los problemas propios de la edad con los debidos a enfermedades en curso.

«En la unidad de valoración cognitiva valoramos en profundidad la situación de las personas con alteraciones de la memoria, cognitivos o del ánimo y otorgamos una atención integral, multidisciplinar que facilita el diagnóstico precoz, y marca las pautas de actuación, desafortunadamente muchos casos que atendemos acuden  con claros síntomas de deterioro», afirma el doctor Lamar. «Nunca se debe al achacar al envejecimiento alteraciones de reciente comienzo, pueden ser los primeros síntomas de una enfermedad».

Un deterioro que puede ser tanto físico como mental aunque, como destaca el geriatra, «cuanto antes se comiencen las revisiones para llevar a cabo políticas preventivas mayor terreno tendremos abonado para el mantenimiento de una salud plena. No hay que esperar a tener un ictus o manifestaciones claras de alzhéimer para empezar a acudir al geriatra». De hecho, y aunque la edad crea las condiciones y es el primer factor de riesgo para el alzhéimer, cumplir años no significa que por norma se vaya a sufrir demencia.

«Fomentar la calidad de vida y que sea posible cumplir años con alegría y la mayor autonomía posible es nuestro objetivo básico para que la salud no entienda de edades», concluyó el geriatra del Hospital Perpetuo Socorro.

Fuente: canarias7.es

Con la colaboración de