El 19 de enero, nuestra madre, enferma de alzhéimer, se perdió en Barcelona. Alertados todos los cuerpos policiales, nosotros, sus hijos, nos pusimos a buscarla sin saber muy bien por dónde, pues esas pobres mentes devastadas por la enfermedad no conocen de razón...
Tras 4 horas de angustia y deasosiego, recibimos una llamada diciendo que la habían encontrado. Estaba en el café Melias -Koffe&Kids- donde sus propietarios, viendo su desorientación, la atendieron dándole calor humano, ofreciéndole compañía y hasta de merendar. Aunque ella nunca ha sido consciente de su aventura, nosotros sí, y jamás agradeceremos bastante el que se ocuparan de ella.
Saber que hay personas que se preocupan por un prójimo, a los que no les importa dar un poco de su tiempo para atender a los demás, en una ciudad tremenda que vive a golpe de pito, tranquiliza y reconforta.
Nos fuimos de allí sin saber ni siquiera sus nombres, pero el gesto hacia nuestra madre nunca lo olvidaremos. Gracias.
Fuente: elperiodico.com