Marina, Finucha, Celso y Miguel se remangaron ayer la camisa para hundir las manos en la tierra y sembrar semillas de las que dentro de pocos días brotarán lechugas, acelgas, espinacas y guisantes. Pero también una buena dosis de autoestima. Y algunos recuerdos perdidos en el pasado.
Eso es lo que persigue, al menos, el taller organizado por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (Afal) en su centro de día de la calle río Castro y en el que, junto a Marina, Finucha, Celso y Miguel, participaron otros afectados por la dolencia neurodegenrativa.
«Muchos de ellos vivían en el campo y con este taller no solo evocan recuerdos de aquellos tiempos, sino que también les hace sentir bien, porque, de alguna forma, al cultivar estas plantas, recuperan su estatus de cuidador», explica la presidenta de Afal, Milagros Prieto.
El taller fue impartido de forma altruista por los responsables de Covas Vegetal, una empresa ferrolana que ya tuvo contacto con los enfermos de Afal en la pasada edición de Equiocio. «Habíamos ido para ver los caballos, pero, una vez allí, nos ofrecieron participar en un taller de plantas y a los mayores les gustó tanto que decidimos repetir», explica Prieto.
El taller de Covas Vegetal se suma a otros programas que ya desarrolla la asociación, como el de equinoterapia o el bautizado como El ciclo de la vida, centrado en la crianza de gusanos de seda.
Aprovechando la celebración del taller, la presidenta de Afal quiso mostrar su descontento con el Concello de Ferrol, cuya aportación a la asociación bajó de 9.000 a 3.000 euros este mandato, según advirtió Prieto, «mientras la de Narón asciende a 6.000». «Entendemos que haya recortes, pero el alcalde no ha venido a vernos ni una sola vez y eso no cuesta nada, es cuestión de tener voluntad», advirtió molesta Prieto. En su opinión, ahora mismo los enfermos de alzhéimer «son los grandes olvidados», a pesar de ser una dolencia que en la comarca «afecta a 4.000 personas».
Prieto también lamentó que el Ayuntamiento no haya hecho nada para reparar la acera de acceso al centro de día de la calle río Castro, llena de losetas rotas. «Es un auténtico peligro», dijo.
Fuente: lavozdegalicia.es