donostia - Existe la idea de que las personas mayores están tristes, deprimidas, de mal humor... Pero dicen los estudios que, a pesar de los achaques, son más felices que los adultos más jóvenes.
-Totalmente de acuerdo. ¡No será tan triste la vejez cuando todos queremos llegar a ella! Es verdad que hay enfermedades, pero como en el resto de la vida. Sin embargo, en esta etapa uno ya tiene un trozo grande vivido y puede ver las cosas que ha hecho bien, las batallas que ha ganado, las enfermedades que ha superado... y luego también se tiene la tranquilidad de las cosas cumplidas. Ya no tiene que dar ninguna talla en el ámbito laboral, ha sacado adelante a la familia. Y ahora puede hacer otras cosas y desarrollar aficiones.
Todo dependerá de la edad.
-Valoramos dos grupos de pacientes mayores, los de 65 a 80 que prácticamente se parecen más a los adultos que a personas ancianas y, luego los de más de 80, donde se observan ciertas diferencias. El primer grupo está generalmente muy bien, además son jubilados que disfrutan mucho de la vida. Y también es verdad que hay gente de 80 o 90 años que no ha desarrollado nada grave y se encuentra perfectamente. Ahora de hecho, en congresos internacionales se empieza poner la lupa en los centenarios y en eso que se llama resiliencia. ¿Por qué la gente llega a los cien años sin especiales dificultades físicas o mentales?
¿Por qué? ¿Quizá porque tiene pensamientos positivos?
-Eso es muy importante. Por ejemplo en el tema de los suicidios, -ya que los ancianos tienen las tasas más altas-, el tener una visión positiva de tu vida, y recuerdos de las cosas que han salido bien, protege. Tener un pensamiento positivo, satisfacciones personales o fomentar las relaciones sociales es muy importante para un envejecimiento saludable.
Sobre todo en una sociedad donde ya una de cada cinco personas tiene más de 65 años.
-Y no hay que perder de vista que para 2050 un tercio de la población será mayor de 65 y uno de cada diez tendrá más de ochenta años.
No todo es tan bucólico. El 20% de las personas que pasan de 60 años sufren algún trastorno mental.
-En general una de cada cinco personas va a tener una enfermedad psiquiátrica durante su vida y las personas mayores cumplen con ese porcentaje.
¿Los achaques o las limitaciones funcionales contribuyen a la aparición de estos trastornos?
-La percepción de que la propia vida se está acabando, de que queda poco tiempo, y de que se empiezan a tener unas limitaciones que le hacen no poder andar, no poder escuchar lo que le dicen o no poder leer cuando antes les gustaba mucho... Eso genera cierta tensión. Pero yo estoy con mucha gente mayor y veo que hay mucha gente joven de más de sesenta años.
Explique eso.
-Hay muchos jóvenes de más de 60 porque hay mucha gente que tiene una mentalidad de lucha, de tener planes, ilusiones, relaciones sociales, de salir de viaje, de hacer cosas nuevas, de apuntarse a clases de no sé qué... Y todo eso hace que la gente, aunque tenga achaques y dificultades, se adapte y salga adelante.
¿Cuáles son las dolencias mentales más prevalentes entre los mayores, las que merman más su calidad de vida?
-La más prevalente es la depresión, los trastornos depresivos, pero el síntoma mas significativo quizá sea la ansiedad que aparece como estar agobiado con preocupaciones continuas. Aunque la enfermedad más devastadora es la demencia porque le va desconectando de la familia. Desconectan desde el punto de vista cognitivo aunque sí entienden hasta el final todo lo que tiene que ver con la afectividad y con un trato cariñoso, siempre y cuando los síntomas psiquiátricos estén bien controlados.
Sin embargo hay mucha gente con depresión y ansiedad que ni siquiera está diagnosticada. Parece que están condenados a estar mal porque son mayores.
-Eso es una realidad. Se viene a decir que el 50% de las personas mayores con depresión ni siquiera consultan. Con lo cual no se pueden diagnosticar. Pero de la mitad de los que consultan no se diagnostica claramente la depresión porque no se piensa en ella, porque acuden con algo inespecífico de tipo corporal o con una alteración de memoria que no es demencia.... Y en ocasiones, cuando son bien diagnosticados no les tratamos bien porque son mayores y nos da miedo ponerles toda la medicación.
Con los tratamientos adecuados se pueden vencer esas dificultades.
-Sí, aunque a veces hay enfermedades que no somos capaces de curar pero sí de aliviar. De hecho en el congreso vamos a abordar el alzhéimer, una enfermedad para la que no tenemos tratamientos curativos. Pero podemos ayudar a que el deterioro que conlleva se lleve mejor, y que no aparezcan los síntomas psiquiátricos que son los que más hacen sufrir.
En el congreso se van a presentar avances contra el alzhéimer.
-El alzhéimer hoy por hoy no tiene tratamiento, pero si fuéramos capaces de diagnosticarlo veinte años antes, cuando aún no se han producido los daños cerebrales, a lo mejor sí podríamos abordarlo con tratamientos eficaces. Y en el congreso se va a presentar un trabajo en el que se está estudiando establecer el diagnóstico bastante antes de que aparezcan los síntomas.
La protagonista del anuncio de la Lotería de 2016 se lió y confundió de año el ‘Gordo’. ¿Los estereotipos hacen mucho daño a la salud mental de los mayores?
-Aquel me pareció un anuncio entrañable. Pero quizá ese olvido y el despiste de la señora, presentaba una imagen negativa de la persona envejecida. Hay mayores a los que sus ligeras alteraciones de la memoria nos les afecta en el rendimiento de su vida diaria. Si no se acuerdan en un momento determinado, ya se acordarán en otro.
Fuente: noticiasdegipuzkoa.com