Es una villa, con parques, calles, plazas, restaurantes y hasta un teatro. Hay un supermercado al que todos los días pueden asistir los residentes que habitan Hogeweyk, pintoresco suburbio a las afueras de Ámsterdam, Holanda.
Incluso tiene jardineros, peluqueros y vendedores, o al menos eso parecen. En realidad son médicos, cuidadores de los 152 adultos mayores que padecen Alzheimer y habitan en este complejo e intentan llevar una vida normal, siempre protegidos por la seguridad ofrecida por este centro de tratamiento ultramoderno.
Ultramoderno porque innova en la manera de tratar y dar una vida digna a los pacientes de esta enfermedad tan difundida por todo el mundo y daña progresivamente la memoria de las personas, hasta el punto de olvidar el propio nombre y acciones fisiológicas básicas como ir al baño.
Hogeweyk está conformado por siete barrios diferentes: urbano, artesano, hogareño, indonesio, goois, cultural y cristiano, y están habitados por 7 u 8 ancianos que durante su juventud vivieran en un entorno similar.
Este pueblo está imponiendo poco a poco una nueva tendencia en el tratamiento del Alzheimer, pues los suizos también abrirán un recinto similar, en 2019, en una población cerca de Berna, y hasta ahora ha ganado numerosos premios gracias al cuidado y la organización del lugar.
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