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«Impulsamos la paz a través de la mejora de la salud y de la ayuda a la educación»

Asistirá el domingo al Concierto Sinfónico Coral de Navidad, organizado por los rotarios de la comarca del Bidasoa, en beneficio de Afagi

Sergio Aragón es el actual gobernador del Distrito 2.202 (Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña) del Rotary Club, la primera organización mundial de servicio voluntario. El Rotary nació en la ciudad de Chicago, en 1905 y, a día de hoy, cuenta con 1,3 millones de socios agrupados en más de 33.000 clubes repartidos por todo el mundo. En España, los rotarios no son muchos: cerca de 5.000, pertenecientes a 200 clubes, dos de ellos guipuzcoanos (Irun-Bidasoa y San Sebastián), pero tienen la firme intención de crecer. En todos los países en los que están asentados, los socios del Rotary llevan a cabo decenas de miles de iniciativas y proyectos solidarios. Uno de ellos es el XIX Concierto Sinfónico Coral de Navidad, que tendrá lugar el domingo, a las 19.00 horas, en el Amaia y que entregará su recaudación a la asociación Afagi.

CONCIERTO SOLIDARIO

Intérpretes. Coro Ametsa y Orquesta Ma non troppo, dirigidos por Fernando Etxepare Gómez y con Osane Leiza (soprano) y Cristina Sevillano (mezzosoprano) como solistas.

Programa. Obras de Mozart, Vivaldi, Haendel y Zelenka.

Escenario. Centro Cultural Amaia, el día 13, domingo, a las 19.00 horas.

Entradas. En la Oficina de Turismo de Irun, en Amadeus, por internet (Kutxabank) y el día del concierto, en la taquilla del Amaia. El precio es de 15 euros.

Recaudación. Irá destinada a la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzhéimer y otras demencias de Gipuzkoa (Afagi).

-Creo que tiene dos motivos importantes para viajar a Irun este fin de semana.

-Sí, hemos hecho coincidir la visita oficial que debo hacer a cada uno de los clubes del distrito con el concierto solidario de Navidad. Tendremos un encuentro con la junta directiva y con los socios del Rotary de Irun-Bidasoa para repasar los objetivos que nos hemos marcado y podré asistir al concierto. Estoy encantado, porque el programa que han elegido es magnífico. Estamos muy agradecidos a la Sociedad Cultural Coro Ametsa y a la Orquesta Ma non troppo por su colaboración. Me gustaría animar al público a asistir, porque su entrada va a ayudar a los programas que desarrolla la asociación Afagi en favor de los enfermos de alzhéimer y de sus familias.

«Buscamos personas con carácter social y participativo y con ganas de trabajar»

«Animo al público a asistir al concierto, porque con su entrada ayudarán a Afagi»

-El concierto del domingo es una de las miles de iniciativas solidarias que el Rotary lleva a cabo en todo el mundo. ¿La salud es una de sus principales áreas de acción?

-Estamos trabajando con muchas organizaciones y de forma muy activa en investigación, prevención y tratamiento de enfermedades como el cáncer, el alzhéimer y la esclerosis múltiple, entre otras. Llevamos años trabajando con el dengue y el ébola y colaborando en el desarrollo de una vacuna contra la malaria. Pero lo que más se nos ha reconocido en estos últimos 25 años ha sido nuestra colaboración en la erradicación de la poliomielitis. Desde que empezamos con este proyecto, se ha vacunado a más de 2.000 millones de niños y estamos prácticamente a punto de erradicar la enfermedad. Quedan únicamente dos países, que son Afganistán y Pakistán. El 23 de septiembre pasado anunciamos la desaparición de la polio en África, ratificada por la OMS, después de que Nigeria, el último país endémico del continente, llevara más de un año sin ningún episodio nuevo de poliomielitis.

-En los últimos años está saliendo a la luz en nuestro país el trabajo del Rotary. Pero, a día de hoy, todavía es bastante desconocido, incluso existe cierta confusión con otras organizaciones que, al igual que la suya, fueron disueltas o perseguidas durante el franquismo.

-Sí, tenemos un lastre en ese sentido. Y es curioso, porque el primer club rotario que se fundó en la Europa continental fue el de Madrid y a continuación el de Barcelona, en 1920 y poco después los de Bilbao y San Sebastián. Con la Guerra Civil, los clubes se disolvieron, dejaron de funcionar y hasta que no llegó la democracia no se pudieron volver a poner en marcha de una manera eficaz. Pero han pasado ya muchos años. Hay clubes rotarios en países que, al igual que el nuestro, han vivido guerras y situaciones conflictivas y nunca ha habido ningún tipo de recelo, ni prevención en cuanto a la participación, como ha ocurrido aquí. Son elementos trasnochados. Hace ya muchos años que retomamos nuestra actividad y nos gustaría plantear que la posibilidad de participar o incorporarse a cualquiera de nuestros grupos, entre ellos el de Irun-Bidasoa, es algo muy enriquecedor, tanto a nivel personal y de fomento de la amistad como a la hora de involucrarse en proyectos solidarios y actividades de todo tipo.

-Pero la mayoría de los rotarios a los que conocemos pertenece a cierta élite social y económica.

-Cuando analizamos la procedencia de la mayoría de los socios vemos que son directivos, funcionarios, profesionales liberales, personas que ejercen una cierta responsabilidad, más o menos importante dentro de sus comunidades y que tienen un cierto nivel de conocimiento de lo que ocurre en su entorno, pero nuestras puertas están abiertas a todo el mundo. Lo que buscamos son personas que tengan un carácter social marcado, que tengan un carácter participativo y que quieran trabajar. No estamos buscando cuotas económicas ni contribuciones específicas. Buscamos personas que quieran dedicarse a la acción en dos frentes: la colaboración con instituciones y entidades a nivel local para ayudar en diferentes necesidades, sin olvidar el rol internacional del Rotary por el cual estamos realizando simultáneamente multitud de proyectos.

-¿Cuáles diría que son los fundamentos de ese rol internacional?

-Hay un punto importantísimo que a veces hasta los rotarios olvidamos. El Rotary es una institución de paz. En 1945, con el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron abogados rotarios los que participaron activamente en la redacción de la Carta de la Naciones Unidas. Por eso tenemos un asiento permanente en la Asamblea General. Promocionamos la paz y el entendimiento de las naciones, a través de programas de salud y sanidad, de ayuda a la educación y de desarrollo de las economías locales allá donde se precise. Estamos reconocidos como institución de paz y solidaridad. No hay ningún tipo de resquicio, ni duda sobre los fines que perseguimos.

Fuente: diariovasco.com

Con la colaboración de