Los científicos, dirigidos por Niklas Mattsson, realizaron un estudio multicéntrico para evaluar la exactitud del diagnóstico de los marcadores Abeta42, T-tau y P-tau para la identificación de un gran grupo de pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer incipiente.
El estudio tenía dos partes, una con pacientes con enfermedad de Alzheimer y controles para identificar los puntos de referencia de los biomarcadores y la otra que suponía un seguimiento del grupo en los que participaban pacientes con deterioro cognitivo leve y realizado entre 1990 y 2007. En el trabajo participaron 12 centros de Europa y los Estados Unidos y 750 pacientes con deterioro cognitivo leve, 529 con Alzheimer y 304 controles.
Los resultados mostraron que estos biomarcadores podían utilizarse para predecir con exactitud qué pacientes con deterioro cognitivo leve desarrollarían enfermedad de Alzheimer, tal y como se había descubierto en estudios más pequeños.
Los cambios en el fluido cerebroespinal de los marcadores se asociaron con el Alzheimer incipiente. Sin embargo, los autores señalan que una limitación del estudio es el empleo de protocolos estandarizados para todos los centros, lo que podría haber dado lugar a las variaciones existentes entre las instituciones.
Los investigadores señalan que estos biomarcadores deberían ser utilizados como herramientas de selección de individuos que necesitan un seguimiento más estrecho. Además, los marcadores podrían también ayudar a los científicos a seleccionar las poblaciones de estudio más adecuadas para futuros ensayos sobre tratamientos del Alzheimer.
Los autores señalan que hasta que dichos tratamientos para el Alzheimer no estén en marcha, estas pruebas con los marcadores no serían apropiadas para la rutina clínica ya que aún no es posible alterar el desarrollo del Alzheimer.
Fuente: Diario Torre Don Jimeno