Los videojuegos no violentos son buenos para prevenir el deterioro cognitivo que se produce según avanza la edad de las personas. Así lo ha demostrado una investigación científica liderada por la catedrática de Psicología Básica de la UNED, Soledad Ballesteros. En ese sentido, la investigación llegó a la conclusión de que, para activar el cerebro con videojuegos, no existen en la actualidad en el mercado productos destinados específicamente a los mayores, un campo que para los desarrolladores de estos programas está completamente abierto.
Ballesteros, que participa en un curso de verano de la UNED en Ávila sobre ‘Actividad física y mental, plasticidad cerebral y cognición en el envejecimiento normal y en la demencia’, explicó de qué forma las nuevas tecnologías y los videojuegos pueden ayudar a retrasar el deterioro cognitivo y enfermedades asociadas a este deterioro, como el Alzheimer.
Según informaron a Ical desde la UNED, el estudio, desarrollado en los últimos tres años, ha determinado que el grupo experimental con el que se ha trabajado, de mayores de sesenta años, aumentaban su memoria de escenas, su velocidad de procesamiento y su atención, además de distraerse menos ante estímulos en el ambiente.
Para ello, se enseñó a estas personas a manejar un ordenador y un videojuego y a jugar con elementos que les ayudaron, en veinte sesiones, a mejorar los aspectos relacionados con el deterioro cognitivo, mientras que en el grupo de control, que no realizó estos ejercicios, no se produjeron cambios significativos.
Una vez finalizada esta investigación, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad, la pregunta que se hacen los expertos ahora es “qué ocurre a los tres meses de haber finalizado el entrenamiento”, una cuestión a la que han intentado responder y cuyos resultados serán publicados “en breve” en una revista de investigación internacional.
Estas investigaciones, según Soledad Ballesteros, se basan sobre la idea de que el cerebro es “plástico” también en las personas mayores, aunque esa plasticidad es más patente en los niños. “Hasta hace poco, se creía que sólo esa plasticidad se daba en los niños”, argumentó, para añadir a continuación que ahora se ha demostrado que “los mayores también pueden modificar su conducta” y, por lo tanto, aumentar la plasticidad de su cerebro.
Fuente: abc.es