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Ir a un lugar conocido y planificar el viaje ayuda al paciente con Alzheimer

La Federación de Alzheimer de la Comunidad Valenciana (Fevafa) ha elaborado consejos para prevenir posibles problemas en el afectado derivados de los cambios de rutinas.

Ir durante las vacaciones a un lugar diferente al habitual, realizar actividades distintas a las rutinarias, el calor... Son cambios que a las personas con Alzheimer les pueden alterar y que se pueden evitar si se planifica el viaje y si se informa en todo momento a la persona de los cambios que va a experimentar en esos días. Así lo confirma un equipo multidisciplinar de la Federación de Alzheimer de la Comunidad Valenciana (Fevafa) que ha elaborado una serie de consejos para ayudar a los cuidadores a disfrutar de un verano tranquilo y, sobre todo, seguro para el familiar que padece la enfermedad.

Una de las principales recomendaciones que dan es desplazarse, a ser posible, a lugares que les traigan recuerdos felices del pasado. Según explica a CF Emili Marmaneu, presidente de Fevafa-Alzheimer Comunidad Valenciana, "lo ideal es ir, por ejemplo, al pueblo donde nacieron". En este caso, se puede aprovechar para realizar lo que llamamos talleres de reminiscencia; es decir, "ir a visitar a las personas o lugares que les traigan recuerdos lejanos de juventud, que son los que mejor conservan, y así ayudarles a sentirse felices".

Respecto a las actividades que se pueden realizar, desde Fevafa apuestan por ir a pasear, salir a comer, ir a la playa.... "Hay que tener en cuenta las cosas que les gustaba hacer en el pasado y seguro que repitiéndolas se sienten a gusto". Además, es importante insistir al familiar que entienda que el paciente puede disfrutar de unas vacaciones, pero que lo más seguro no las recuerde luego. Por lo tanto, se debe disfrutar de cada momento, informándole de todo lo que se está haciendo, para que se sienta orientado. "Deben entender que, aunque no lo recuerden, no significa que no haya sido placentero para la persona con Alzheimer", comenta Marmaneu .

EL TRAYECTO
Y si es importante saber elegir el destino de vacaciones y qué se va a hacer en él, también lo es garantizar que el trayecto sea seguro y lo más tranquilo para el enfermo. Así, desde empresas como Interdomicilio León, que proporcionan servicios asistenciales domiciliarios a personas mayores, insisten en "hablar con el enfermo y avisarle de que van a viajar en coche, autobús, avión..., intentando hacerlo de forma positiva con tono afable y gestos de cariño".

Y si el viaje es en autobús o en avión, recomiendan advertir al personal para que lo tengan presente por si el enfermo tiene alguna necesidad especial (ver información superior con más consejos).

Otra de las recomendaciones que lanzan desde Fevafa es aprovechar las medidas u opciones que facilitan organizaciones y Administraciones para dar un respiro a los cuidadores (como residencias para los pacientes durante un periodo determinado), un aspecto en el que pueden incidir los farmacéuticos.

Desde Fevafa se insiste en que el cuidador también debe descansar, ya que si en su periodo vacacional se sobrecarga con el enfermo las 24 horas (es decir, más que durante el año) eso puede producir una situación de agotamiento muy contraproducente para su estado de ánimo. Sobre esta cuestión Marmaneu reclama un cambio de mentalidad: "Hay que acabar con el estigma social y pedir ayuda cuando se necesite; es la lucha que tenemos a diario. Y que la sociedad no critique o vea mal el simple hecho de llevar a tu familiar a una residencia. Hoy en día las familias están cambiando pero también lo debe hacer la sociedad para que se respeten estas decisiones".

Para que el trayecto vaya 'sobre ruedas'

Consejos para que el desplazamiento en coche, avión o autocar sea tranquilo para una pesona con deterioro cognitivo: 

1. En coche
- No es seguro que el conductor viaje solo con el paciente. Se aconseja que vaya otra persona que le acompañe y que esté atento a los posibles estados de ansiedad del enfermo, evitando que pueda interferir en la conducción, pues podría intentar abrir la puerta, tirar del freno de mano si está en el asiento del copiloto o molestarle de varias maneras.

- Es bueno hacer un descanso para dar un pequeño paseo o tomar algo. Hablarle y tranquilizarle, explicándole en todo momento el siguiente paso que se va a dar, y señalarle con estímulos visuales lo que debe hacer, dónde debe poner su mano para salir del coche o para comer algo, por ejemplo.

2. En avión, autocar o tren
- Se debe advertir al personal que viaja una persona con Alzheimer, para que lo tengan presente por si tiene alguna necesidad especial. Y si se va a un hotel, también al personal del hotel. Ahora bien, hay que tener cuidado y no hablar con otros acerca de sus problemas de comportamiento delante de ellos.

En general, hay que estar atento a la necesidad de ir al baño del enfermo y anticiparse a ella, aunque él se olvide de pedirlo.

Cuidado con la medicación

Miquel Baquero, especialista del Servicio de Neurología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia, recomienda a los familiares de pacientes con Alhzeimer que vayan a viajar en verano que lean bien los prospectos de los medicamentos que toman habitualmente porque algunos, como los tranquilizantes y antidepresivos, pueden ser fotosensibles. Y para evitar posibles reacciones alérgicas al sol aconseja cubrir al enfermo con gorros y ropa ligera y fresca. E insiste:“No se debe cambiar el tratamiento a no ser que el médico lo diga”. El experto no se olvida de la protección solar y mantener al paciente bien hidratado en todo momento para evitar los golpes de calor, ya que, en muchas ocasiones, no pueden expresar que sienten sed o que están mal debido al calor.

Fuente: correofarmaceutico.com

Con la colaboración de