Aunque no existe un censo que aporte una cifra concreta, se estima que cerca de 15.000 guipuzcoanos padecen Alzheimer u otras demencias. Son enfermedades que suponen un duro golpe tanto para quien las padece como para las personas que le rodean, dado que aunque el enfermo no llega a captar realmente lo que le pasa y sufre menos, la familia vive todos los pasos de la enfermedad y ve cómo el paciente se va consumiendo, por lo que el sufrimiento es inevitable. Ayudar y cuidar del enfermo es algo lógico que surge de manera natural, pero la sociedad tiende a olvidarse de quienes lo hacen, que a menudo necesitan la misma, si no mayor, asistencia.
Es esta una de las labores principales de Afagi, la Asociación -sin ánimo de lucro- de Familiares y Amigos de personas con Alzheimer y otras demencias de Gipuzkoa que, bajo el lema 'Ante el Alzheimer, no estás solo', ayuda a los familiares y cuidadores a convivir con los afectados de la mejor manera posible, tratando de enriquecer la calidad de vida tanto del paciente como de sus allegados.
Pero su labor va más allá: los voluntarios de Afagi representan y defienden los intereses de las personas afectadas; informan, orientan y asesoran a los familiares sobre aspectos socio-sanitarios, psicológicos y legales y luchan por una atención integral de los enfermos.
Tampoco dudan en realizar campañas de sensibilización, organizar charlas y talleres para dar a conocer a la sociedad estas enfermedades, todavía estigmatizadas, y las necesidades que acarrean.
Afagi cuenta actualmente con 1.103 socios, algunos de los cuales centran su labor en nuestra comarca, en la que existe una delegación dirigida por la hondarribiarra María Jesús Garín Esnaola. Tras muchos años de experiencia como voluntaria, María Jesús resalta que Afagi «no pretende sustituir ninguna otra atención. Somos una mano cálida que viene bien en muchos momentos, desde tomarse un café para charlar o simplemente un rato de compañía, pero no queremos quitarle el trabajo a nadie».
Los voluntarios de Afagi subrayan asimismo la reciprocidad de su labor, el sentimiento de «estar ayudando a ciertas personas que te ayudan a ti al mismo tiempo. Las nuevas experiencias que vivimos como voluntarios nos sirven para un crecimiento personal».
María Jesús y el equipo de la comarca del Bidasoa se reúnen todos los primeros jueves de mes en un local cedido por el Ayuntamiento de Irun, para analizar las necesidades que van surgiendo en la zona y charlar sobre el trabajo realizado en las semanas previas. A dichas reuniones acude además una profesional que guía a los voluntarios en la labor que realizan, que incluye las actividades ya mencionadas como el acompañamiento al enfermo, la ayuda a los cuidadores y familiares o la organización de charlas, talleres, encuentros, etc, por ejemplo.
El pasado fin de semana, este grupo de voluntarios cambió el local en el que habitualmente se ven por la Sociedad Elizatxo, donde algunos de ellos se encontraron para degustar un exquisito menú preparado por Peio Olazabal e Iñaki Apeztegia. Además de ellos dos, se sentaron a la mesa María Luisa Oronoz, Ana María Mendizabal, Dolores Plaza, Agustín Santos con Dori Rodríguez, Javier Arrospide acompañado por Carmen Toca, Juani Urbina con Manolo Huete, Amparo Olazabal, Marian Mauleón,Juan Aguesse, Eugenio Sagarzazu con Juana González y la propia María Jesús Garín Esnaola, entre otros.
Son ellos, con su entrega y dedicación, algunos de los responsables de que Afagi siga existiendo veinticinco años después de su creación, tiempo en el que se ha convertido en una gran familia de la que puede formar parte cualquiera que esté dispuesto a aportar su granito de arena.
Fuente: diariovasco.com