Cesta de la compra

{{#if has_items}}
{{#each line_items}}
{{ full_title }}
{{ quantity }}
{{{ subtotal_human }}}
{{/each}}
Subtotal {{{ subtotal_human }}}
{{#if coupon_name}}
Cupón de descuento {{ coupon_name }} - {{{ coupon_discount_human }}} x
{{/if}} {{#if donation}}
Donación {{{ donation_human }}}
{{/if}}
{{#if shipping_handling_left_for_free}}
(Te quedan {{{ shipping_handling_left_for_free }}} para que el envío sea gratis)
{{/if}}
{{#if tx_okstock}} Envíos en 72h. {{/if}} {{#if delivery_date}} El pedido te llegará el {{ delivery_date_human }} {{/if}}
Total {{{ total_ceafa }}}
{{else}}
Actualmente no tienes nada en la cesta de la compra. Ir a la tienda.
{{/if}}

Karl Deisseroth: «Puede que nunca logremos entender el cerebro»

Karl Deisseroth (Boston, Massachussets, 1971), se estableció en 2004 en un sótano de la Universidad de Stanford dispuesto a desentrañar algunos de los misterios del cerebro. Ocupó el recinto en el que había trabajado antes un premio Nobel de física, Steven Chu, que con láser consiguió atrapar átomos. Curiosamente, utilizando luz láser Deisseroth ha dado un paso importante para entender mejor la actividad cerebral y hoy su nombre empieza a sonar como posible candidato al premio Nobel.

Como psiquiatra y neurocientífico, Deisseroth quería conocer cómo surgen las enfermedades psiquiátricas. Pero le faltaban herramientas, así que decidió «fabricarlas». Retomó una idea del investigador austriaco Gero Meisenböck, que había logrado un par de años antes introducir en neuronas una proteína capaz de convertir la luz en electricidad, que es precisamente el lenguaje del cerebro. Pero había inconvenientes técnicos que impedían su aplicación a gran escala en investigación. En 2005, Deisseroth y su colega Boyden aportaron la solución sustituyendo la proteína que utilizaba Meisenböck. El cambio funcionó y mediante luz láser lograron activar o desactivar grupos de neuronas a voluntad en animales de laboratorio y ver cómo eso afectaba a su comportamiento. Hoy la técnica está ampliamente difundida por los laboratorios de neurociencia de todo el mundo y ya está dando lugar a las primeras aplicaciones clínicas.

No se puede utilizar directamente en humanos, pero sí indicar nuevos caminos a seguir para corregir anomalías en el cerebro. La Fundación BBVA acaba de conceder a los tres investigadores el premio Fronteras del Conocimiento en Biomedicina. Deisseroth conversó con ABC sobre su trabajo.

Con la colaboración de