En las sociedades donde la expectativa de vida de los habitantes aumenta, también se observa un incremento en la incidencia de enfermedades neurodegenerativas, que perjudican la calidad de vida de las personas que las padecen. El estudio de la enfermedad de Alzheimer, así como de otras enfermedades neurológicas, es prioritario actualmente, y a diario se publican numerosas investigaciones relacionadas con este tema.
La enfermedad de Alzheimer (EA) se caracteriza por la formación de enlaces entre las moléculas de proteína Tau y grupos fosfatos, que causan la aparición de ovillos neurofibrilares intracelulares. Estos procesos de fosforilación son inducidos por la proteína β-amiloide, que además se acumula en forma de placa en los pacientes con EA. Las modificaciones a nivel molecular descritas anteriormente traen aparejados una importante degeneración neuronal en el lóbulo frontal del cerebro. A su vez, todos estos cambios fisiológicos provocan trastornos muy marcados en la conducta de los pacientes y en la mayor parte de estos, una acusada pérdida de la memoria.
Para realizar investigaciones de la enfermedad de Alzheimer, la compañía Wako brinda a los investigadores una amplia variedad de reactivos y kits Elisa. Entre los reactivos útiles para estos estudios se encuentran las pruebas fluorescentes con las que se pueden detectar biomarcadores del Alzheimer, por ejemplo con el reactivo PP-BTA-1 es posible marcar las moléculas de péptido β-amiloide y distinguir las placas formadas en el cerebro, llamadas placas seniles extracelulares. El marcador fluorescente BF-170, por su parte se une específicamente a moléculas de proteína Tau que se encuentran en las fibrillas que constituyen los ovillos neurofibrilares.
Wako tiene además a la venta varios fragmentos de la proteína β-amiloide, que ha sido secuenciada y se conoce que la forman comúnmente entre 40 y 42 aminoácidos. Para estos fragmentos de proteína también se comercializan los correspondientes anticuerpos procedentes de conejos. Además se pueden encontrar en los catálogos inhibidores de las alfa, beta y gamma secretasas, como por ejemplo el L-685 y el (3,5-difluorofenilacetil)-Ala-Phg-Obu. Otros reactivos como el KMI-1027, actúan como inhibidores de la β-secretasa, proteína precursora del péptido β-amiloide.
Los kits ELISA, llamados así por estar basados en esta técnica de inmunoensayo, contienen todos los reactivos necesarios para analizar diferentes moléculas consideradas biomarcadores de la EA. Para la detección del péptido β-amiloide humano, Wako oferta los kits para los péptidos formados por una cadena de 42 aminoácidos, que con este kit también se puede cuantificar fragmentos de péptidos modificados o anclados por el N terminal (x-42) y los kits para los péptidos constituidos por 40 aminoácidos. Para los péptidos formados por 40 aminoácidos, Wako ha lanzado unos kits mejorados (Human β Amyloid (1-40) ELISA Kit Wako II y Human/Rat β Amyloid (40) ELISA Kit Wako), donde el reconocimiento no específico se ve muy reducido, por lo que se puede decir que la reacción antigénica ocurre solo con el péptido β-amiloide de 40 aminoácidos o con el extremo del aminoácido 40 modificado por el N, puesto que la reacción ocurre por el C terminal del aminoácido 40. Las características comunes de estos kits ELISA son su fácil manejo, su alta sensibilidad y gran especificidad, por lo que resultan ideales para las investigaciones en la EA.
Con todos los esfuerzos que se están llevando a cabo en los laboratorios de investigación, pronto estas enfermedades neurodegenerativas podrán tratarse de manera más eficaz. Cada avance en el conocimiento de los mecanismos moleculares y genéticos que conducen a la aparición y desarrollo de la EA repercute en mejoras en la calidad de vida de los pacientes y en el desarrollo de fármacos más apropiados para su control y finalmente su prevención, que es el ideal que persigue toda la comunidad científica. Las compañías como Wako no hacen más que apoyar esta labor de investigación que se lleva a cabo en todo el mundo y pretenden estar actualizándose todo el tiempo para que los investigadores encuentren las herramientas necesarias para realizar su trabajo.
Fuente: medicalpress.es