Manuel llega a ponerse frente al armario y no recuerda para qué. Sus lapsus de memoria son cada vez más largos. Al volver a recordar quién es y dónde está el nerviosismo se apodera de él. No puede conciliar el sueño y llama constantemente a su madre. Pregunta por sus hijas como si fueran pequeñas y su mujer para tranquilizarlo le dice que están el colegio. Sus piernas y sus brazos se quedan rígidos por momentos y su rostro parece haberse parado en el tiempo. Éste es el testimonio de Carmen Ariza, la esposa de Manuel Muñoz, al que en mayo de 2015 le diagnosticaron Alzheimer, no sabía qué hacer dijo Carmen mientras le sujeta la mano. En septiembre pasado Manuel pegó un «bajón». Su mujer septuagenaria no podía levantarlo ni acostarlo. Su hija pensó que lo mejor era llamar a la Asocaición Alzheimer de Córdoba.
Manuel hoy por hoy, a las 9 de la mañana ya está preparado en la puerta de casa para irse al centro de día de la Asociación. «Va con alegría, nunca perdemos el autobús que le lleva al centro porque media hora antes está expectante en la puerta de casa». Sin embargo, es un centro de día sufragado casi totalmente por las familias. «Ahora que estamos jubilados y podíamos disfrutar, nos pasa esto, pero en esta asociación ha mejorado mucho, le ayudan a mantener su tono muscular, ejercitar la memoria para intentar ganarle terreno al Alzheimer», comenta su esposa. La falta de financiación pública hace que solo 400 familias de las más de 11.000 afectadas por Alzheimer en la provincia de Córdoba puedan acceder a una plaza en este centro .
Cuando la asociación Alzheimer Córdoba arrancó en Córdoba, hace ya 20 años, los casos diagnosticados con esta enfermedad ascendían a 3.000 personas, actualmente esta cifra se ha elevado a 11.000. Unas cifras que en España en los últimos 20 años se ha pasado de 350.000 enfermos a 850.000 y se estima que en 2060 habrá casi dos millones de españoles afectados por esta dolencia que borra la memoria.
En el Reina Sofía
Junto a Gómez, el responsable de la Unidad de Demencias del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Eduardo Agüera, explicaba que la actuación con estos enfermos en cuanto a fisioterapia, programas para activar su memoria, y el hecho de que los cuidadores conozcan su historia y su vida y les ayuden a recordarla son fundamentales. «Muchas de las personas con Alzheimer al llegar a estos centros donde se trabaja con ellos, suelen necesitar menos medicación como para conciliar el sueño», relata Agüera. Por último, el responsable de Demencia del Reina Sofía cree que una «cura para el Alzheimer puede estar cerca, y no descarta que llegue en un lustro».
Fuente: abc.es