La Asociación Alzheimer Huesca observa un deterioro en los pacientes que tienen esta enfermedad y una sobrecarga muy importante en los cuidadores, por lo que se ha reforzado el servicio de apoyo a domicilio.
La crisis sanitaria del coronavirus obligó al cierre del centro en el que los usuarios que son atendidos a través de la Asociación Alzheimer Huesca reciben sus terapias y tratamientos adecuados. El confinamiento está pasando factura tanto a los enfermos como a los cuidadores. La Asociación que atiende entorno a 50 familias en la provincia ha visto la necesidad de reforzar el servicio de apoyo a domicilio.
Así lo ha apuntado el presidente de este colectivo, Javier Lasierra, que ha trasladado que “el enfermo porque esté en casa no está mejor es más está peor” y “en base a las llamadas y a las visitas hemos visto que se está produciendo un cierto deterioro en los enfermos y una sobrecarga importante en el cuidador”, por ello “estamos intentando atender lo mejor posible a todas las familias”.
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