Sin duda la cuarentena está siendo más dura para los colectivos más vulnerables de la sociedad, entre ellos las personas con la enfermedad de Alzheimer y otras demencias que han visto como de un día para otro han tenido que abandonar sus terapias de forma presencial, con todas las consecuencias que eso tiene en sus vidas diarias.
El día a día ya era bastante difícil para los cuidadores y las familias y en esta situación lo es todavía más, ya que requieren de una atención máxima y constante. Muchos de ellos cuentan con la ayuda de Afapo, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Pontevedra, que continua llevando a cabo su actividad, en la medida de lo posible a domicilio y con sus centros cerrados.
Lo hace en el centro de día, de titularidad pública y también en los centros terapéuticos de Pontevedra, Marín y Silleda. “Acudimos a los domicilios donde nos solicitan intervención bien para ayudarles en las actividades de la vida diaria o para hacer terapia de psicomotricidad para que no pierdan la movilidad y también estamos preparando últimamente mucha asistencia psicológica a las familias”, explica el presidente de la asociación, José María Fontenla.
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