El 40 % de los casos de demencia en Galicia están sin diagnosticar, según se puso ayer de relieve en la Real Academia de Medicina de Galicia, que dedicó una sesión científica al envejecimiento neuropsicológico.
Manuel Noya, académico de Neurología; José Carlos Millán Calenti, presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía y Xeriatría (SGXX); David Facal, doctor en Psicología de la USC; el psicogeriatría Raimundo Mateos; Leire Lodeiro, doctora del centro de La Milagrosa, y María Areñas, trabajadora social de Benestar, analizaron los últimos datos sobre el deterioro cognitivo vinculado a la edad que, dado el envejecimiento poblacional de Galicia, apuntan la urgencia de la puesta en marcha de estrategias para su detección precoz.
Millán Calenti subrayó que «solo el alzhéimer afecta a entre 35.000 y 40.000 gallegos», pero las cifras indican que hasta el 5?% de los mayores de 65 años se quejan de pérdidas de memoria, porcentaje que se eleva por encima del 75 % cuando se superan los 75 años. Según los estudios realizados, entre un 1 un 2 % anual acaban desarrollando una demencia, de modo que los cálculos señalan que «en el 2020 el número de enfermos se habrá duplicado con respecto al año 2000», recalcó.
Ante esta situación, la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría propone instaurar mecanismos de prevención y detección precoz en los centros de atención primaria, ya que ahora mismo el diagnóstico se demora más de un año desde la aparición de los síntomas. A juicio de los expertos, los propios médicos de familia pueden aplicar tests validados para evaluar las pérdidas de memoria, cuya realización no requeriría más de diez minutos, aseguró Calenti.
La propia sociedad gallega ha creado un grupo de trabajo pionero en esta línea, coordinado por el profesor David Facal, «muy innovador por los diferentes niveles y especialidades que participan en él», señaló, y que está sondeando a los profesionales para saber qué procedimientos y herramientas utilizan para la evaluación cognitiva. La intención del grupo es contar con los primeros resultados en junio e iniciar después una segunda fase de estudio para encontrar instrumentos rápidos, precisos y fiables, que permitan diferenciar los distintos tipos de demencia y retrasar al máximo sus efectos y evolución, incluido en el alzhéimer, lo que «solo se consigue actuando desde el inicio de la enfermedad».
Fuente: lavozdegalicia.es