La demencia de cuerpos de Lewy (DCL) es, tras la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular, el tercer tipo de demencia más común en todo el mundo. Concretamente, se estima que la DCL es responsable de entre un 10% y un 20% del total de casos de demencia que se registran en el planeta. El problema es que muchos de los síntomas de esta DCL, caso de la pérdida de memoria, del razonamiento y de la capacidad del movimiento, son similares a los que padecen los pacientes con alzhéimer o párkinson, por lo que la enfermedad es muy difícil de diagnosticar. De hecho, la confirmación de la DCL solo puede hacerse a día de hoy por medio de una autopsia cerebral, razón por la que los afectados suelen ser incorrectamente diagnosticados de otras patologías y, en consecuencia, reciben un tratamiento inadecuado. Sin embargo, investigadores de la Clínica Mayo en Rochester (EE.UU.) parecen haber identificado una manera de diferenciar la DCL de la enfermedad de Alzheimer, lo que facilitaría la identificación de los pacientes con este tipo específico de demencia.
Como explica Kejal Kantarci, directora de esta investigación publicada en la revista «Neurology», «el que seamos capaces de identificar a las personas en riesgo de desarrollar la DCL es muy importante, pues así podríamos administrarles un tratamiento correcto de forma precoz. Además, el diagnóstico temprano ayudaría a los médicos a saber qué tratamientos deben evitar en esta población. Y es que más de un 50% de los pacientes con DCL experimentan reacciones adversas graves con los fármacos antipsicóticos».
Cuestión de tamaño
La DCL solo puede diagnosticarse con exactitud a través de la confirmación