Seis meses es el periodo de tiempo que algunos pacientes llevan a la espera de conseguir una plaza en el Centro de Día que regenta la Asociación de Familiares de Alzhéimer Valencia (Afav). En estos momentos hay «entre 80 y 90 personas en lista de espera». La situación es prácticamente la misma que cuando a final de 2012 la misma asociación denunció la escasez de plazas. Poco han mejorado las cosas a lo largo de los últimos ocho meses.
A esta circunstancia se añade la preocupación por los retrasos en los pagos por parte de la Administración. En estos momentos, como relatan desde la dirección de Afav, están pendientes de cobrar las ayudas de 2013 por parte de la Conselleria de Bienestar Social. Este apartado supone «unos 120.000 euros. El año pasado ya lo pagaron». También el Ayuntamiento de Valencia tiene pendientes «unos 36.000 euros, pero los están abonando», puntualizó Ana Morón, directora del centro de Afav.
Centro cerrado
No es la única asociación dedicada a atender a estos enfermos que afronta problemas de esta naturaleza. En Castellón la Asociación Provincial de Familiares de Personas con Alzhéimer y otras demencias denunció la «necesidad de disponer de plazas y de residencias específicas». Recordaron que hace «un año nos cerraron un Centro de Día desde el que atendíamos a unas 40 personas». Ahora para responder a esa necesidad tienen que recurrir a las instalaciones de Villarreal.
También en este caso están pendientes de cobrar las ayudas de la Conselleria de Bienestar correspondientes a este año después de que «las de 2012 nos las pagaron en el mes de marzo de 2013», apuntó la gerente de la asociación, Silvia Ramos.
El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzhéimer. Con este motivo desde la asociación Afav convocarán distintas actividades de sensibilización. Este año la campaña se centra en prestar atención a los cuidadores de los enfermos. La directora de Afav hizo hincapié en que es muy importante que quienes se encargan de atender a un familiar enfermo se cuiden. Añadió a esta recomendación que en los últimos años, como consecuencia de la crisis económica, han aumentado los casos de enfermos que tienen que dejar las residencias porque sus familias no pueden afrontar el coste. También se dan situaciones en las que una persona se queda sin trabajo y asume el cuidado de algún familiar con alzhéimer. Todo ello, unido a la reducción de plazas ha llevado a que cada vez sean más los cuidadores en el ámbito de la familia.
Son muchos los inconvenientes que hay que superar. Ana Morón explicó que los propios cuidadores exponen como principales problemas «la falta de comunicación con el enfermo, la pérdida de nervios ante preguntas reiterativas cada dos minutos, la negación del enfermo a tomarse la medicación o a acudir al médico, o tener que ayudar al enfermo en sus actividades básicas como la higiene, comer o vestir cuando el enfermo no lo acepta».
Otros problemas que acusan hacen referencia a la aceptación de la enfermedad por parte del paciente y el manejo conductual del enfermo en situaciones críticas como agresividad, agitación, deambulación o acusaciones infundadas, entre otras. «Todo ello, puede derivar en problemas físicos y psíquicos en los familiares y cuidadores».
Ante estas posibilidades Ana Morón insistió en que «si los familiares no saben enfrentarse de manera correcta a la nueva situación, en muchos casos, las consecuencias pueden ser tan graves como disminución o pérdida de relaciones sociales; conflictos familiares entre hermanos o con la pareja; absentismo laboral, menor rendimiento en el trabajo; e, incluso, llegar a descuidar su propia salud tanto física como mental».
Para no llegar a estos niveles, Morón recomienda «aplicar cariño y comprensión, tanto al enfermo como a uno mismo, y pedir asesoramiento a los profesionales, que les harán entender que esta situación es difícil, pero que no deben enfrentarse solos para no llegar a descuidarse a ellos mismos, ya que son el pilar fundamental. Afav cuenta con un servicio de asesoramiento».
Fuente: lasprovincias.es
