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La deuda del Consell obliga a los centros de Alzheimer a plantear reducciones de plantilla

Los retrasos en el pago de las ayudas impiden a la entidad hacer frente a las nóminas de sus más de 80 empleados por segundo mes

La Generalitat sostiene que las ayudas llegarán «pronto» pero la AFA está ya «en números rojos»

Agotadas todas las opciones, sólo quedan los despidos. Así de desmoralizado se mostraba ayer el presidente de la Asociación de Familiares de Personas con la Enfermedad de Alzheimer de Castellón (AFA), Emilio Marnameu, a la salida del encuentro mantenido con el secretario autonómico de Autonomía Personal y Dependencia, Joaquín Martínez. Y es que, al contrario de lo que le hubiera gustado, la reunión no sirvió para aclarar cuándo y cómo se cobrarán las ayudas pendientes de la Conselleria. Ayudas que ascienden a algo más de 450.000 euros y que han dejado a la AFA «bajo mínimos».

De hecho, el mes pasado la organización que dirige Marnameu ya se vio obligada a tomar la difícil decisión de congelar las nóminas de sus 85 trabajadores por falta de liquidez. La Conselleria de Bienestar Social, explicaba entonces el máximo representante de esta entidad sin ánimo de lucro, «aún nos debe parte de la subvención de 2010 y toda la del presente ejercicio».

Este mes, más de lo mismo. Desde la Generalitat continúan asegurando que las ayudas llegarán «muy pronto», pero lo cierto es que el dinero no aparece y las opciones para salir adelante se agotan. «Seguimos sin poder pagar a nuestros empleados. No hay derecho», lamentaba ayer el presidente de la AFA, quien por la tarde se citó con los trabajadores de los distintos centros de día y unidades de respiro que la asociación gestiona en la provincia para abordar el tema y tratar lo que por todos los medios se ha tratado de evitar: la posibilidad de llevar a cabo un recorte en la plantilla.

En los 15 años de vida de la Asociación de Familiares de Personas con la Enfermedad de Alzheimer de Castellón, reconocía Marnameu, «nunca habíamos vivido una situación similar». «Los empleados entienden que no es nuestra culpa, pero lo cierto es que ellos también tienen obligaciones a las que hacer frente, como es el pago de una hipoteca, y no pueden esperar a que la Conselleria pueda o quiera saldar su deuda», apuntaba.

En este sentido, cabe recordar que este mes, y ante la imposibilidad de hacer efectivas las nóminas de septiembre, la AFA apostó por adelantar la campaña de venta de la lotería de Navidad y la facturación a los usuarios. Lo que pudieron sacar de ahí, sumado al importe recaudado durante las llamadas Olimpiadas del Alzheimer permitió abonar el 40% de los sueldos de los trabajadores. «Ahora ya no nos queda ni eso», manifestaba ayer indignado el presidente del colectivo, quien muy a su pesar hablaba de la necesidad de llevar a cabo recortes. Recortes en la plantilla pero también en el número de centros. Y es que, como él mismo señalaba, «hoy son los empleados, pero mañana quienes no podrán cobrar serán los proveedores».

De momento, lo que está claro es que habrá que dejar aparcados los proyectos de futuro previstos, como la construcción de nuevas instalaciones en Morella, Viver, Segorbe, Oropesa, Vilafranca, Sant Joan de Moró, Llucena.

Farmacias y abogados, igual

Con todo, lo cierto es que esta difícil situación no sólo afecta a la Asociación de Familiares de Personas con la Enfermedad de Alzheimer de Castellón, sino a todos las entidades de este tipo de la Comunitat y también a otros sectores.

Los abogados del turno de oficio, por ejemplo, llevan meses esperando que la Generalitat les pague el millón de euros que les adeuda. «Todavía está pendiente de cobro el 60,50% del primer trimestre y la totalidad del segundo, y de momento solo nos han garantizado que cobraremos el dinero del primer trimestre», explicaba a principios de mes el decano de Castellón, Antonio Esteban.

 

En el caso de las farmacias, la deuda contraída por la Administración autonómica en cargo a medicamentos que ya han sido dispensados asciende a 45 millones, a los que cada mes que pasa se suman 15 más. Algo que amenaza, y no poco, la continuidad de estos negocios.

Con la colaboración de