Una veintena de alumnos del colegio público Ciudad Jardín y otros tantos usuarios del centro San Rafael de Alzheimer de Córdoba convivieron durante una mañana como parte de un proyecto de la asociación de personas con la enfermedad de Alzheimer.
Desde lejos parecen abuelos con sus nietos pero la realidad es que se acaban de conocer. La complicidad que se observa entre Kike, de 8 años, y María Jesús, de 80, no es propia de dos desconocidos con semejante diferencia de edad. Están frente a un papel con dos manos en blanco y tienen que pintarlo a medias haciendo dos copias porque cada uno se llevará un ejemplar de recuerdo. Será una jornada inolvidable para ambos -para María Jesús a pesar de su alzheimer- porque se convierten en «socios» por un día para realizar talleres y actividades.
«Un trabajo de nuestro tratamiento no farmacológico desde otra perspectiva en la que se suma el valor emocional que puede aportar la actividad compartida de nuestros mayores con niños», explica la directora técnica, Ana Belén Herreros.
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