La capacidad de pensamiento de las personas con Alzheimer, cambia dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos. Según un grupo de investigadores que realizaron la investigación, los pacientes se encuentran mejor a finales de verano y principios de otoño que en invierno y primavera.
“Quizás resulte interesante y valioso aumentar los recursos clínicos relacionados con la demencia en invierno y a principios de la primavera, cuando es más probable que los síntomas sean más pronunciados”, planteó el investigador Andrew Lim, de la Universidad de Toronto.
Las mejoras en las habilidades de pensamiento (cognitivas) promedio en verano y otoño eran equivalentes, según esta investigación, a casi cinco años menos de declives relacionados con la edad en la capacidad de pensamiento.
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